Mario Alfaro. La esencia oculta de la misma realidad.
Por Eduardo Villalobos
Qué mejor forma de comenzar la segunda ronda de publicaciones, que con un artista de alta categoría y reconocimiento, a quien tuve el gusto de conocer cuando estudiaba música, ya que, entre sus múltiples actividades, en aquel entonces era director de la Escuela de Iniciación Artística número 1, del Instituto Nacional de Bellas Artes, en donde cursé la carrera de piano. Así, como normalmente digo, nada sucede por casualidad y hoy, por vueltas del destino, con el teclado de la computadora y un espacio en mi poder, tengo la oportunidad de compartirles un poco del genio y magnífica obra del Maestro Mario Alfaro Hernández.
En mi interpretación, como espectador curioso, el arte del Maestro Alfaro es una mezcla perfecta de estética nostálgica combinada con un toque personal misterioso e intrigante. En su obra se puede apreciar luz y colores, pero también una tremenda oscuridad que sumerge al observador en un mundo alterno, fantasmagórico e inquietante. Si se presta atención a algunas de sus pinturas, ilustraciones o esculturas, es posible encontrar la paráfrasis que el Maestro hace de aquello que no se puede apreciar a simple vista en las formas, los objetos y en las personas mismas. Su manera de traducir la realidad es como el vacío del que hablaba Nietzsche, el mismo que si se le mira por mucho tiempo, también mira dentro de nosotros.
¿Alguna vez han sentido que una imagen está llena de vida? Pues esa es la sensación que transmiten sus obras, que parece que tienen voz propia para contar su historia a cada persona dispuesta a escucharla a su manera. Algunas son abanicos de colores, otras como un oleaje de emociones; hay obras que son sonrisas de alegría y otras que son inciertas, incluso lúgubres. Adentrarse en el trabajo del artista siempre es tan interesante como complejo. Es como escuchar los ecos que retumban en su mente antes de plasmar la chispa generadora del arte. Así es el trabajo del Maestro, una pluralidad de posibilidades en torno a una idea.
Hay detalles en la obra del Maestro Alfaro que la hacen luminosa entre las sombras que se escapan de los trazos, como la mirada de sus personajes, quienes observan más allá del infinito o hacia lo más profundo de sus pensamientos. Lo mismo sucede con las formas de sus esculturas, que sugieren que el cuerpo no es más que un molde que esconde miles de secretos que, si son revelados, pueden mostrar aquello que vive en lo invisible. Es la virtud del artista, crear algo extraordinario de lo cotidiano. Es el sello característico del Maestro Alfaro, que nos ofrece infinitas versiones de lo ordinario.
No obstante, la profundidad en su obra no es algo espontáneo pues ha germinado junto a su trayectoria que, contando su egreso de la prestigiosa Escuela Nacional de Pintura Escultura y Grabado “La Esmeralda”, está respaldada por más de treinta años de evolución, en los que ha se ha reinventado y perfeccionado en los diferentes lenguajes de la plástica: pintura, escultura y grabado.
Asimismo, la amplia experiencia del Maestro, además de haberle dotado de personalidad y originalidad, también ha trascendido las fronteras nacionales, pues su participación ha sido activa a nivel internacional, en países como Canadá, Estados Unidos de América, España, Francia, Italia y Japón, en donde ha colaborado en simposios, concursos, exposiciones e intervenciones comunitarias.
La excelencia del trabajo del Maestro Alfaro ha dado frutos que son dignos de citarse, por mencionar algunos, el primer lugar que obtuvo en el Concurso Escultura Monumental en Bronce 2000, People’s Choice Awards en el Concurso Internacional de Escultura Monumental en Nieve London (Ontario, Canadá), o bien, el segundo lugar obtenido en el concurso internacional “Zehnder’s Snowfest 2000”, Frankenmuth, Michigan; sin omitir su participación con otras técnicas, como la talla directa en madera monumental y murales en gran formato.
Como es de esperarse, lo mismo que el tiempo, el proceso creativo jamás se detiene, es por ello que en la actualidad el Maestro Alfaro trabaja en sus más recientes proyectos: “La topografía del cuerpo humano”, enfocado al dibujo y la pintura, y “El espacio vacío”, en el que se desarrollan diversas técnicas de pintura y escultura. Sin duda, ambos trabajos tendrán su distintiva calidad. Esperemos pronto poder disfrutar del resultado de sus nuevas empresas.
Finalmente, como ya es tradición en cada entrega, los invito a conocer la obra del artista, en este caso, a sumergirse en el aura de misterio que rodea la sensacional obra del Maestro Alfaro, la cual pueden encontrar en Instagram, en la cuenta marioalfaroh2017; realmente es una experiencia contemplar lo que quiere decir sin usar palabras y, en el silencio, comprender o crear el significado de aquello que parece estar oculto entre la niebla o, quizás, en lo recóndito de la inconsciencia que da lugar a nuestra percepción e interpretaciones.
“Quien con monstruos lucha cuide de convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti”
– Friedrich Nietzsche.
Aquí, una breve muestra de la obra del maestro Mario Alfaro
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EDUARDO VILLALOBOS
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Licenciado en derecho y licenciado en economía graduado con mención honorífica por la Universidad Nacional Autónoma de México; es músico egresado de la Escuela de Iniciación Artística número 1 del Instituto Nacional de Bellas Artes, y autor del poemario “Cartas a la Lluvia”. Actualmente, es maestrando en finanzas, por la Universidad del Valle de México.
Correo: mevo_vook@hotmail.com FB: Edward Wolvesville