Lowen: música celta con un toque mexicano

Por Eduardo Villalobos

La música tiene miles de virtudes, como ser un lenguaje universal y las maravillas que eso implica, por ejemplo, el hecho de que no conoce fronteras, o que se anida en las personas y evoluciona en la medida que entra en contacto con cada cultura, dando lugar a mezclas increíbles, inusuales, para todos los gustos y preferencias, como es el trabajo de Lowen, una manada musical (como se llaman entre sí) que ha llevado esta dinámica de adaptación a otro nivel ¿Imaginan las melodías de los antiguos celtas en un contexto mexicano? Ahora les cuento al respecto.

Lowen es una agrupación musical de origen mexicano, que vio por primera vez la luz de los escenarios el 12 de noviembre de 2015. Fue en el Centro Cultural Juan Rulfo, discreta joya arquitectónica de la época porfiriana, en la colonia Mixcoac, donde por invitación de Stephen Murray, decidieron comenzar con su trayectoria musical, como parte de la muestra artística organizada con motivo de la exposición pictórica para celebrar el Día de Muertos. En aquel momento aún no estaba consolidado el estilo que hoy los caracteriza, sin embargo, la química y magia durante la ejecución marcaron el punto de no retorno: La manada comenzaba a gestarse.

El espíritu de Lowen es de libertad, evocando aquellas épocas en las que la música retumbaba en los bosques en los que habitaron los celtas. Es por ello que con su arduo trabajo, buscan divulgar y promover este género entre la sociedad mexicana y, por qué no, más allá de las fronteras nacionales, siempre fieles a su fino estilo que destaca por incorporar las interpretaciones y reinvenciones de cada uno de sus integrantes. Ahí es donde reside el secreto de su éxito. La partitura se convierte en un mar de posibilidades sonoras que imprimen la originalidad de la agrupación en cada composición o arreglo. Escucharlos es como disfrutar de un platillo europeo al que se le complementa con el picor de la comida mexicana. Toda una experiencia, sin duda.

El camino que ha recorrido La Manada ha sido variopinto y en su andar han enriquecido y consolidado su talante. El repertorio de la agrupación incluye música tradicional de Irlanda, Escocia y Galicia, España, lo cual es sumamente interesante pues, en el caso de este último país, la influencia celta ha pasado casi desapercibida, a diferencia, naturalmente, de los demás. Así, Lowen se ha abierto poco a poco un lugar en la escena musical mexicana y también en el corazón de aquellos que se han deleitado al escuchar el magistral manejo de la interrelación de las emociones con los sonidos, haciendo que un modo jónico se transforme en una alegre melodía, o bien valiéndose de uno dórico para llevar a la imaginación a los confines de paisajes oníricos del misterioso mundo antiguo.

Paso a paso La Manada ha compartido su pasión en diversos foros de renombre para el género, entre los que destacan eventos como el «Celtia» Celtic Fest México, edición 2016, en el teatro Ángela Peralta, la Puerta de los Leones, en el Bosque de Chapultepec, en 2019, el St. Patrick’s Fest, en el parque España de la Ciudad de México, en 2017 y 2019; la fiesta de la Música organizada por la Alianza Francesa, el emblemático y casi de culto Circo Volador, el festival Do Terra Celta, realizado en el Museo de las Intervenciones y el museo Nacional del Virreinato ubicado en Tepotzotlán.

Con estas credenciales, no es de sorprender que Lowen tenga otras cartas bajo la capa. En su alineación hay otros elementos que contribuyen al sello particular que hay en su trabajo, aunque la música es el hilo conductor; esto en razón de que los miembros de la agrupación tienen una formación muy diversa e independiente a las artes; por ejemplo, Dani Jiménez, (violinista) también estudió pedagogía en la Facultad de Filosofía y Letras, Robin Morales (bodrhán y gaita) estudió diseño gráfico, Brandon Carmona (percusionista) estudió psicología; Miguel Ángel Villanueva es docente en la Facultad de Música de la UNAM (FaM), Uriel Mendoza (violinista) estudió en la FaM, al igual que Erik Martínez (violonchelo) y Carlos Rangel (fagot). Finalmente, no puedo omitir a Omar Jiménez, quien es el director, arreglista, guitarrista y cantante de la agrupación, quien estudió composición y actualmente cursa el último año de la licenciatura en canto, en la FaM, (además de ser mi amigo desde los años de preparatoria).

A pesar de que Lowen es, en esencia, una agrupación que promueve la música celta, como artistas que son, no se limitan estrictamente a una línea definida, pues también han participado en eventos en los que la temática principal fue la música tradicional mexicana (La Ruta de los Muertos), o bien, como su reciente participación en el festival de música antigua La Festa Antiqua (2021), en el que interpretaron música sefardí.

Para cerrar este artículo, quiero referirme a las palabras de Omar, respecto de las similitudes entre la música mexicana y la celta, ya que, si aprendemos a observar o escuchar con atención, nos daremos cuenta que aplica para todo aquello que parezca diferente en esta vida “…ambas [la música mexicana y la música celta] tienen magia y misticismo implícitos, también tienen emociones humanas muy definidas como la alegría, la melancolía, el enamoramiento, la pasión… la música es lo más importante y esto se convirtió en la filosofía de la agrupación, ya que si algo externo afecta a la música, entonces se sacrifica para que la música pueda ser”. Los invito a que escuchen su propuesta que es, sin lugar a dudas, una excelente recomendación musical para estos días lluviosos y todos los demás.

Pueden escucharlos y seguirlos en su canal de YouTube: Lowen. Aquí una muestra de su trabajo:    (113) Lowen – Canteixeire CELTIA 2020 – YouTube