La cultura marxista: ¿un blindaje existencial?

La cultura marxista puede funcionar como una estrategia de blindaje ante el sinfín de tentaciones que el mercado tiene para consumir y para el deleite falso y mentiroso de las conciencias distraídas en la parafernalia colorida del consumo capitalista.

En este espacio hemos hecho mención de las tradiciones orientales e Hindúes que a partir del desapego y las rutinas de meditación y la percepción del vacío sugieren una alternativa de descanso ante el miedo y el sometimiento condicionado por el cual las sociedades humanas permanecen.

Hay un adagio popular en casi todas las sociedades del mundo que dice que aquello que te hace feliz inicialmente se vuelve tu peor condena, y es que en la sociedad de consumo prácticamente todos los regalitos que causan un Idilio de cabal enamoramiento al principio, después se vuelven un manojo de sufrimiento después, tanto por aspectos de apego como por aspectos de estatus y de lucir.

Hay quienes sostienen que incluso las enfermedades mentales y emocionales son aspectos concretos de lo económico en este sistema.

En el plano de las ideas, cuando las tesis marxistas más importantes se adquieren como una cultura formativa en lo político y en lo filosófico, también puede funcionar como un cinturón protector ante todo el agobio sistémico con el cual el capitalismo trabaja y disuelve la atención de las masas.

Entendiendo que detrás de todo lo que se se vende en esta sociedad de consumo está el trabajo explotado, y entendiendo que todo está hecho para la distracción y el sometimiento de las conciencias, es que se puede adquirir una relativa distancia, que a lo mejor sin fines radicales ni políticos ni revolucionarios (a pesar de lo contradictorio de esto), pero al menos como una distancia que actúa como un bálsamo de descanso y de sano distanciamiento ante el acecho de la parafernalia de la vida del mundo, que entre otras cosas es la vida de la sociedad de consumo.

El trabajo explotado no remunerado en su totalidad es el fundamento central y causal de la existencia del capitalismo y la simple percepción de esta idea puede desvincular de un montón de patrones que hoy en día, ante lo vertiginoso de la sociedad moderna, generan malestar y desazón y dolor para la vida promedio.

Víctor Manuel Del Real Muñoz

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