Escaramuzas: con los holanes al galope. Por Víctor Hugo Martínez Barrera.

La figura del charro mexicano que sin duda constituye un ícono representativo del país a lo largo y ancho del orbe, se corresponde al mismo tiempo con un arquetipo de hombre consolidado en el México posrevolucionario y sobre el cual, se proyecta el ideal masculino del hombre macho de a caballo y de armas tomar.

A esta representación de la masculinidad, además de sombrero y botines hay que agregarle una buena botella de tequila (o de la bebida espirituosa que sea del mayor gusto del lector), porque dicho sujeto es como “Juan Charrasqueado”: borracho, parrandero y jugador.

Este arquetipo que suele producir y reproducir estereotipos sobre “como es” el mexicano, se vincula al lienzo, un sitio concreto donde el charro mexicano exhibe sus atributos de cabalgadura, floreo con soga, jineteo y derribo de ganado mayor, ya sea a galope y con sus propias manos o bien, auxiliado de una riata y a pie firme.

A ese mundo de audacia, valentía y bravura propio del lienzo charro, irrumpió a mediados del siglo XX otro sujeto para quien hasta entonces ese espacio estaba vedado: la mujer.

La mujer escaramuza o dama charra, ejecuta a lomo de caballo diversos ejercicios, a galope o al trote, dependiendo de las especificaciones técnicas de cada uno de ellos y compite por equipos generalmente de ocho integrantes.

Las competiciones de escaramuzas principian con la presentación de puntas a cargo de la capitana y una integrante más del equipo; las puntas, consisten en una entrada al lienzo charro a todo galope; el caballo es frenado con bríos por la escaramuza para “rayar” el suelo, pero evitando rebasar la traza que delimita el rectángulo donde realiza la faena, pues cruzar esa línea restaría puntos a su equipo, lo mismo que si cae con, o sin el caballo.

Concluida la presentación, las escaramuzas ejecutan su rutina compuesta de varios ejercicios al ritmo de una melodía, podríamos decir que su presencia en la arena charra consiste en una coreografía en la cual, las integrantes deben realizar movimientos precisos a caballo y bien coordinados entre sí, como los abanicos, cruces y salidas, que se realizan a galope; otros, como la coladera y las flores se despliegan al trote. La rutina del equipo culmina con una salida a tablas en que las escaramuzas, de forma explosiva se apostan a todo galope en los linderos del lienzo charro a pie del graderío.

No afirmaría que la escaramuza sea una versión mujeril del charro mexicano, al contrario, desde mi punto de vista, la escaramuza representa una genuina expresión de lo femenino con identidad propia dentro de un mundo dominado en un principio por el hombre; pues no solo la indumentaria, sino también los ejercicios y los criterios con los que se califican sus ejercicios, son diferentes a los establecidos para las justas masculinas.

La escaramuza tiene además una forma de cabalgar propia, monta “a mujeriegas” sobre una silla diseñada especialmente para ellas, a diferencia de los hombres que montan “a horcajadas” en una silla convencional. La monta “a mujeriegas” se realiza de lado, colocando ambas piernas al costado del caballo, con la rodilla derecha sobre la parte superior de la albarda (silla de montar femenina) cuyo fuste en forma de U, está adaptado para que la dama charra pueda ejercer presión con su pierna y lograr la estabilidad que le permita mantenerse en el caballo al ejecutar sus ejercicios ecuestres.

La albarda, cuya palabra deriva del árabe hispánico albárda‘ah[1], al parecer tiene su origen en Europa y África[2], pero fue modificada por la charrería mexicana para mayor comodidad de las féminas jinetes; dicho rediseño se le suele atribuir a Rosita Lepe, reina de la Asociación Nacional de Charros y a su padre Filemón Lepe, quienes en 1937 lograron fusionar la antigua albarda con la silla de montar tradicional[3].

Un aspecto que no debe pasar por alto dentro de las competiciones, es que la escaramuza debe responder a un estricto código de vestimenta, circunstancia que también es evaluada por el jurado, ya que de transgredir alguno de los conceptos de la vestimenta tradicional, todo el equipo quedará descalificado de acuerdo con el artículo 3º de su Reglamento[4].

La escaramuza cuenta con tres tipos de vestuario: Adelita, Charra y China Poblana[5] sin embargo, sólo las dos primeras indumentarias están permitidas para la competición en el Lienzo Charro; debe destacarse que el Traje de Charra tiene a su vez cinco categorías o variantes. Cada una de las prendas y artículos que integran sendos vestuarios, se encuentran especificadas con minucioso detalle en el artículo 4 del Reglamento.

A pesar de que la charrería se profesionalizó desde 1880[6] y que por decreto presidencial de 1934 se estableció el día nacional del charro, en ese momento la participación de las mujeres dentro de la charrería se restringía a ser nombradas Reinas de la Federación de Charros, así como a labores ornamentales y domésticas, consistentes en preparar las fiestas donde participarían los charros de la Federación. Las primeras apariciones formales de la dama de a caballo en el contexto del lienzo charro, se encuentran a inicios de 1940 en las personas de Rosita Lepe y Guadalupe Fernández de Castro[7], quienes en sus periodos como soberanas, cabalgaban al frente de sus asociaciones al entrar al lienzo cuando era celebrada alguna competición; en esos mismos años, la charrería sería declarada deporte nacional[8], pero no fue sino hasta el 07 de marzo de 1953 (misma anualidad en que por cierto, se aprobó en México el derecho al sufragio femenino) cuando en el Rancho del Charro de la Ciudad de México tuvo lugar la primera escaramuza charra[9], integrada entonces por niños y mujeres que formaban el carrusel charro.

Aunque aquella escaramuza se realizó solamente con fines de exhibición, principalmente para mostrar ante el público a los pupilos de las escuelas charras que habían proliferado en la Ciudad de México, las mujeres poco a poco fueron ganando terreno a los infantes hasta lograr que se aceptara su participación formal en las charreadas; en la actualidad, el 22 de marzo es considerado por la Federación Mexicana de Charrería como el día de la Escaramuza y la mujer tiene una participación activa y directa dentro de la fiesta charra.

En 2016, la charrería logró su inscripción en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO[10], actualmente, al ampliar su organización, la charrería ha posibilitado que participen familias enteras dentro de categorías bien definidas, por lo que infantes, mujeres y hombres, integran activamente el mundo charro.

La escaramuza es parte integral de la composición pluricultural de la Nación Mexicana; la belleza de las damas charras combinada con los coloridos atuendos que portan con gallardía, así como la valentía y bravura con que arrean los caballos, les ha merecido un lugar propio dentro de la fiesta charra, un mundo al que la mujer entró a todo galope y con los holanes al viento. La escaramuza con los holanes al galope, llegó para quedarse.

 

Integrante de la Escaramuza «Tradición Charra» del Estado de Chihuahua.

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Víctor Hugo Martínez Barrera

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Se formó como abogado en la Facultad de Derecho de la UNAM y como historiador en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Sus líneas de trabajo son el Derecho Constitucional, los derechos de los pueblos indígenas  y el periodo posclásico mesoamericano.

 

 

[1] https://dle.rae.es/albarda

[2] Cfr. “Historia de la escaramuza charra”. En ESCARAMUZAS y damas charras.

https://www.eydch.com/historia/historia-de-la-escaramuza-charra#:~:text=Se%20monta%20%E2%80%9Ca%20Mujeriegas%E2%80%9D%20es,pa%C3%ADses%20de%20Europa%20y%20%C3%81frica.

[3] Cfr. Lozano Liliana. “Escaramuzas Charras-Legado y Equidad”. En Caborca BOOTS.

https://www.caborcaboots.com/blogs/news/escaramuzas-charras-legado-y-equidad; Palomar Verea Cristina. “Patria, mujer y caballo”. En Artes de México. https://artesdemexico.com/patria-mujer-y-caballo/; “Escaramuza charra: las damas de a caballo, 1ª parte”. En Mundo EQUINO. https://revistamundoequino.com/2018/10/19/escaramuza-charra-las-damas-de-a-caballo-1ra-parte/#:~:text=Breve%20historia,con%20un%20estilo%20peculiarmente%20charro.

[4] Reglamento Oficial para Escaramuzas y Damas Charras de la Federación Mexicana de Charrería Categoría Libre. https://fmcharreria.org.mx/wp-content/uploads/REGLAMENTO-DE-ESCARAMUZAS-2021-2024.pdf

[5] Cfr. Relatos de Tequila “Conoce el traje de escaramuza de la Cultura Mexicana”. En Mundo Cuervo. https://www.mundocuervo.com/esp/blog/2020-07/cultura-de-mexico-en-tequila-los-trajes-tipicos-de-las-escaramuzas-charras/

[6] Cfr. Federación Mexicana de Charrería https://fmcharreria.org.mx/historia-de-la-charreria/

[7] Cfr. Palomar Verea Cristina. Idém.

[8] Cfr. Lozada Sandra. “La charrería, esencia de la cultura nacional”. En Gaceta UNAM. Septiembre de 2021. https://www.gaceta.unam.mx/la-charreria-esencia-de-la-cultura-nacional/

[9] Cfr. Palomar Verea Cristina. Idém; ESCARAMUZAS y damas charras. Ídem.

[10] Cfr. Secretaría de Relaciones Exteriores. 11ª Sesión del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco. https://embamex.sre.gob.mx/republicadominicana/index.php/comunicados/387-declara-la-unesco-la-charreria-como-patrimonio-cultural-inmaterial-de-la-humanidad

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