Siguiendo la línea de mi artículo anterior, en donde se abordó el valor de una banda mexicana cuya notoriedad ha sido mínima, pero su calidad y valor para la escena musical alternativa de la Ciudad de México ha sido máxima; sigamos pues, con un par de propuestas más, en las cuales la experimentación y la incorporación de los elementos electrónicos dentro del rock le han dado valía y poder, sin que necesariamente las generaciones actuales las conozcan.
Syntoma, una banda de pareja
El primero es Syntoma, proyecto comandado por el Alex Eisenring, quien había liderado bandas de rock experimental con influencias progresivas (El Queso Sagrado), en los años setentas. A inicios de los ochentas integró junto a Jesús Bojalil (a.k.a. El Capitán Pijama), el proyecto El Escuadrón del Ritmo, donde ya se veía su gusto por los sintetizadores y los sonidos tecno pop. Ambos proyectos, por desgracia, no dejaron grabación oficial alguna como legado, pero mucho de sus materiales fueron rescatados y colgados en Youtube.
Volviendo al tema original de Syntoma, banda que formó al lado de su entonces pareja Synthia Napalm, quien cantaba las composiciones de Eisenring. Formaron un sello independiente llamado Corporación Sintética, en el cual publicaron dos EP y un LP, de los cuales destacaron canciones como “No me puedo controlar” y “Viajeros del espacio”. A Syntoma, se le considera por muchos, la primera banda tecno pop en México. Su forma de crear sonidos electrónicos y pegajosos, lo lograron utilizando cajas de ritmo, sintetizadores y en algunos casos, sonidos de guitarra eléctrica distorsionados. La voz de Synthia (llamada asò para hacer una clara alusión a los sonidos sintéticos), era dulce y transmitía cierto encanto y cualidades narrativas. Ella, a su vez, también tocaba sintetizador y, en ocasiones, también recaían en su voz elementos que la distorsionaban haciéndola parecer más “robótica”. La historia del grupo fue bastante breve, dada lo reducida de la escena musical que se especializara en ese estilo de música que, aunque existían propuestas contemporáneas como Size y Decibel, no se logró cimentar un nicho característico o captar a suficiente público para que el proyecto pudiera sobrevivir. Su único álbum fue publicado en 1983. En la actualidad Synthia ya no trabaja en la música. Alex Eisenring se ha dedicado a ser productor de su reciente sello Discos Abronia, además de seguir activo en la escena con Decibel.
Alquimia, la magia musical hecha mujer
Margarita Saavedra se dio a conocer en el ambiente musical comercial a inicios de la década de los ochenta, bajo el seudónimo artístico de “Paola”. Su estilo era la balada pop, en el cual ganó cierta popularidad, sobre todo en jovencitas de entre 12 y 16 años. En alguna ocasión llegó a comentar que recibía mucho apoyo en cartas hechas por su pequeño club de fans; sin embargo, ella no estaba del todo satisfecha con continuar siendo Paola. Así que tuvo que darle una voltereta a su imagen, expresión física y, por supuesto, a su forma de cantar y propuesta musical. Adoptando ahora el nombre de Alquimia, fue captada para aparecer en el escaparate comercial del “Rock en tu Idioma”, al lado de bandas como Caifanes, Neon, Maldita Vecindad, Fobia, entre otros grupos que la disquera RCA/Ariola, posteriormente BMG, formaron para comercializar rock mexicano por la influencia de las bandas argentinas y españolas que ganaban notoriedad en México. Bajo esta nueva etapa, Alquimia, fusionó elementos newwave, una estética dark, frecuentes alusiones a la locura en sus letras y una marcada línea que se veía más alternativa. Es producida por Cachorro López, reconocido productor argentino con quien graba “Monstruos Transparentes”: una ingeniosa placa que ha seguido pasando desapercibida por gran parte del público mexicano (tal vez hoy de culto), a pesar de tener un gran contenido lírico y musical que hace lucir en todo momento a la artista, desde la portada hasta en las composiciones. Podríamos decir, que el álbum ya mencionado (su debut como Alquimia), fue su gran intento comercial por salir del subterráneo. Sin embargo, ella tuvo que buscar nuevos sitios musicales que le ayudaran a experimentar, aún más y, generar otro tipo de propuestas donde realmente se sintiera libre. Se alió al grupo Oxomaxoma y grabó la placa “Coatlicue”, en donde mediante sonidos, ruidismos y juegos de voces recrearon rituales oníricos basados en el mito de la diosa mesoamericana del mismo nombre. Con ellos, como “banda”, se presentaron en un evento especial el día del eclipse total solar que pudo ser visible en la Ciudad de México en 1991. Tiempo después viajó a Estados Unidos e Inglaterra, donde siguió trabajando su música. Esta vez, en tendencias más inclinadas al “new age”, incorporando algo de word music, sin dejar de lado la elegante oscuridad y su misteriosa luminosidad, que tanto la caracteriza. Algunos de sus trabajos discográficos son “Dead Tongues” de 1995, “Separate Reality” en 1999, “Move and Resonate” en el 2000 y “Angelic Voices” en 2003. En México, algún sector del público conoció su voz por el acoplado “Mexican Divas Vol.2”, donde aparece con la pieza “Encinerada”. Su primer álbum, ya mencionado, ha tenido reediciones por parte de Sony Music en formato vinilo en 2019 y, en formato CD box set Antología Rock En Tu Idioma Recupera tus Clásicos. Sigue viviendo en Inglaterra; sin embargo, hoy por hoy ya es muy poco lo que se sabe de ella.
Conclusiones
Nuevamente hemos explorado un poco de la música alternativa mexicana, llegando al punto de hablar de dos propuestas que hoy en día podrían catalogarse de culto, ya que muy poco público pudo disfrutar de la obra de estos dos proyectos; sin embargo, han logrado generar ciertos adeptos con el paso de los años y la difusión que alcanza internet en estos días. No dejemos pues, pasar la oportunidad de seguir compartiendo y conociendo de la música alternativa hecha en este país.
Helios Rodríguez
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Estudié gastronomía quien sabe por qué, aunque me apasiona la cocina. Apasionado de coleccionar música en formatos físicos. Entusiasta de las artes gráficas y plásticas y aficionado a su práctica. Me encanta el rock mexicano en todas sus expresiones, desde lo muy comercial hasta lo más subterráneo.