CARLOS ROBLEDO Y WALTER SCHMIDT: MEDIO SIGLO HACIENDO DEL RUIDO, UNA POESÍA.

Pocas veces, dentro de la historia de la verdadera música alternativa en México, se han dado casos de longevidad y vida creativamente activa. Tampoco, son tan frecuentes los lazos de amistad y complicidad inventiva, entre ciertos músicos. Un ejemplo de ello, es el de dos individuos entusiastas, inquietos y siempre activos: la dupla Carlos Robledo y Walter Schmidt. En más de una ocasión, se han hecho uno, en su propio mundo musical. Prácticamente no existe un proyecto en el cual no hayan participado juntos; siempre misteriosos y enigmáticos. De igual manera, podemos decir, que en todas las bandas en las que han estado, prácticamente han sido los cerebros encargados de crear esos mundos sonoros.

Inicios

La génesis de este atípico dúo musical, data de inicios de los años setentas. Walter Schmidt y Carlos Robledo, provenían de hacer música y performances en Como México No Hay Dos, al lado de otros músicos y artistas, que después figurarían en diferentes proyectos musicales. Estaban en estos proyectos: El Dr. Fanatik (Arturo Fagoaga), el llamado Rayo de Plata, el también conocido Capitán Pijama (Jesús Bojalil), el conocido como Tinlarín (Guillermo Santamarina), entre otros.

No fue sencillo adaptarse a la sociedad de esa época con propuestas tan llamativas y diferentes (por no decir alternativas), ya que aún había estigma por el festival de Avándaro, los movimientos de estudiantes de 1968 y el jueves de corpus en 1971. Todo medio de comunicación estaba con las puertas cerradas ante las manifestaciones artístico-culturales juveniles. Walter y Carlos, siempre mantuvieron vivo su gusto por el rock progresivo; así como por de la rama musical conocida en el mundo como “rock in oposición”; la música experimental; el jazz y la improvisación libre; y, la música de corte avant-garde. Tenían admiración por bandas europeas como Univers Zéro y Henry Cow. Bandas, que por cierto, el mismo Walter Schmidt dio a conocer en México, gracias a que mantuvo correspondencia postal con sus integrantes y publicaba sobre ellas en la revista Sonido. Así, que también bajo esa inspiración, toman la iniciativa de crear un nuevo grupo posterior a la disolución de Como México No Hay Dos, y la respuesta natural fue la llegada del grupo Decibel.

El comienzo de Decibel

En 1974, el grupo inicial lo conformarían Carlos Robledo (teclado), Walter Schmidt (bajo), Moisés Romero (batería), Carlos Alvarado (teclados y sintetizadores), Xavier Baviera (saxofón); esporádicamente, también se les unía el actualmente reconocido cantautor Arturo Meza (guitarra), y varios músicos más. Dos de esos músicos se harían conocidos por pertenecer a agrupaciones como Rebel’d Punk, Chac Mool y Vía Láctea

Tal vez, era la naturaleza de la música que tocaban la que causaba extrañeza entre público y colegas, pero a veces, no eran bien recibidos en los recintos de rock donde llegaban a tocar (mismos que en la época eran escasos por la prohibición), ya que les terminaban gritando “YA TOQUEN, YA DEJEN DE AFINAR, ¡QUEREMOS ROCK!”.

Pese a la ya mencionada prohibición, pudieron moverse y crear una escena que, hasta cierto punto, se consideraría “de culto” y fueron afortunados por tocar en el vestíbulo del Palacio de Bellas Artes, el Museo de Arte Moderno, la Sala Manuel M. Ponce, etc. Ningún otro grupo de rock, por lo menos en México, había podido adentrarse en esos lugares hasta entonces.

Pero ¿A qué sonaba Decibel? Quienes los escucharon en su momento (y que les haya gustado), mencionaban que el sonido era extraño y chirriante. Muchos, obviamente, no entendían bien lo que tocaban, ya que era evidente que no sonaban a una banda de rock convencional. No podían bailar esa música, no podían “echar desmadre” con ella, mucho menos, tenían canciones con letras y versos para corear… ¿Qué es esto?

Las impresiones del periodista David Cortés al ver a Decibel fueron las siguientes:

“Yo estaba muy chavo, tendría 16-17 y simplemente no había nada como eso, nunca habia visto ni escuchado en directo una música como esa; ya había visto a Zig Zag y Dug Dug’s en vivo, pero ver a Decibel en directo no tenía nada que ver, musical y visualmente. Yo ya había escuchado cosas semejantes de grupos ingleses, pero nunca en directo y menos lo había visto, me volaron la cabeza”

Decibel, grabó un disco titulado “El Poeta del Ruido”, en 1979, para la compañía Orfeon, misma que nunca había tenido contacto alguno con esta música. Es hasta la fecha, el álbum más representativo del grupo y el más querido por sus seguidores. Contiene un total de 7 piezas, en las que quedaron plasmadas algunas cosas que ellos mismos hacían en vivo. A decir de ellos, la grabación no fue totalmente de su agrado, pues el personal técnico al no estar familiarizado con esta música, no supo realizar un trabajo de calidad; sin embargo, para el público que los seguía, fue muy importante que existiera material grabado como testimonio de su paso por la escena musical de rock de aquellos años. El disco viene fechado en 1979, pero por problemas de distribución, salió a la venta en 1980, aunque para ese entonces, el grupo entró en su primer receso indefinido. El álbum está plagado de incorporaciones de ruidos; se utilizaron juguetes, sintetizadores, teclados, percusiones, juegos de voces ocasionales e incluso un texto declamado. Se dejan ver los inicios de la música electrónica mexicana, así como un cóctel entero de ruidos, sonidos, cuchicheos; también se deja por sentado su vena progresiva y jazzera.

Los músicos que intervienen son Alejandro Sánchez (violín, clarinete, corneta, silbatos, piano, bajo, percusiones, caja de música y voz); Jaime Castañeda (batería, tambores, tabla, triángulo, matraca, glokenspiel, arpa, marimba, gongs, flexatón, kalimba, violín, voz y juguetes); Carlos Robledo (piano, sintetizador, orquestador, guitarra acústica, violín, radio, flauta, marimba, resorte, percusiones y voz); Walter Schmidt (bajo, contrabajo, guitarra eléctrica, mandolina, órgano, flauta, tricordios, percusiones, flauta hindú, interiores de piano, micro sintetizador, cintas y voz). Con la participación especial de Carlos Alvarado en el orquestador y sintetizador; José Luis Romero en el clarinete; Víctor Robledo en el violín y las voces adicionales de Mónica, Virginia (así, sin apellido) y Piro Pendas.

El “punk” abrillantado de Size

Justamente en el año 1979, Walter y Carlos, después de concluir su episodio vivencial en Decibel, conocen a un joven inquieto, recién llegado de Toronto, Canadá: Jaime Keller Cortina, quien conoció elementos del punk en esa ciudad y quedó fascinado e inspirado para formar sus bandas. Al tiempo, también influido por el trabajo visual-musical de David Bowie, Klaus Nomi y toda la escena teatral contemporánea, dieron como resultado una mente creativa que vendría a México a demostrar lo aprendido; ahora, bajo el seudónimo de Illy Bleeding. Illy había visto en vivo en Canadá a bandas como The Clash, Ultravox, entre otros exponentes del punk y new wave de ese boom “post punk” y, había tomado clases de pantomima y expresión corporal que le dieron la elasticidad y soltura en escena. Entonces, deciden formar el grupo luego de una improvisación en el antiguo foro de la tienda de discos Hip 70, lugar donde también se presentaba el grupo Dangerous Rhythm, también fuertemente influenciado por el punk rock. Walter en el bajo, Carlos en la guitarra e Illy, en la voz; además, invitan a un baterista llamado Adolfo Moctezuma. Para este nuevo grupo, cada integrante tomaría un alias; Jaime (Illy Bleeding); Walter (Denis Sanborns); Carlos (This Grace); Adolfo (Dean Stylette).

Size capturó la atención de propios y extraños, su sonido era mucho más frenético que el de Decibel, e incitaba más al baile y la fiesta. El grupo, además contó con una peculiar sección de “coristas y bailarinas”, apodadas las “ GoGo girls”, quienes subían al escenario a bailar y entonar las canciones en vivo. Ulalume Zavala, la actriz Arianne Pellicer, y un par de chicas extranjeras cuyos nombres no recuerdo ahora (si alguien los sabe, háganmelo recordar).

El sonido de la banda se distanciaba mucho de lo que acontecía en ese momento en la Ciudad de México, que era el rhythm and blues y el rock pesado de Three Souls In My Mind, así como Mara, en la tradición de los “hoyos funkies”; que desde luego, no iban a simpatizar con una banda con tendencias visuales elegantes. Tampoco combinarían en la incipiente escena progresiva y contracultural de bandas como Chac Mool o MCC Música y Contracultura; y por extraño que parezca, tampoco podían presentarse al lado de bandas punketas del norte del entonces DF, como Rebel’d Punk o Síndrome. Size sonaba a new wave; gustaban de crear canciones tanto en inglés como en español, mezclar el punk con piscas de tecno. Clasix Noveoux y Cabaret Voltaire habrían alternado gustosos con ellos. Demasiado punk para los fresas y demasiado fresas para los punks. Entre su público comenzarían a asistir personas que años más tarde se convertirían en referentes del rock nacional más comercial. Alternaron con varias de las bandas de su época, como los ya mencionados Dangerous Rhythm, Kenny and The Electrics, Syntoma, El Escuadrón del Ritmo, etc.

Alex Lantzeta, proveniente de la escena subterránea ochentera los recuerda de la siguiente manera:

“Al principio sonaban más crudo y visceral, pero evolucionaron poco a poco y era muy divertido ver a Carlos Robledo tocando la guitarra y el teclado casi al mismo tiempo, pero como te digo, la proyección escénica de Illy era algo muy especial y tal vez haya sido el más importante front man de toda la escena de la época.

Los conocí en Hip70 en 1978 o 1979, yo era fan de Dangerous el grupo de Piro Pendas, y en una oportunidad me tocó verlos en vivo sorprendiéndome gratamente el punch del grupo y principalmente el desarrollo escénico del cantante Illy Bleeding.

Lo padre era que no había poses ni estrellitis y tanto los Piros como los Size eran sumamente accesibles y podías conversar y convivir con ellos.

Con el tiempo ambos (Piro e Illy) se convirtieron en dos excelentes amigos y esa amistad perduró por décadas enteras.

A Walter lo admiraba y respetaba por su labor periodística y sentía una enorme empatía por él pues era muy accesible y solidario.

Con Carlos Robledo tuve la oportunidad de invitarlo a tocar en un par de temas de mi disco solista en el que Illy apoyó haciendo varias fotografías que utilicé en la funda de letras, una anécdota curiosa es que en una oportunidad Illy pasó por mí para que lo acompañara a «visitar a unas tías que estaban muy bien paradas» en la zona de San Angel; resultó que eran las momias de un convento en Av. Revolución qué sirvieron como portada del disco «El Diablo en el Cuerpo».

En mis pininos organizando toquines, Illy fue un gran apoyo en una época en que alquilé el Foro Aramís de División del Norte cerca de la YMCA.

En fin, que fueron días muy divertidos y creo que fue el halloween más largo y divertido de toda mi vida.”

Robledo y Schmidt jugaron un papel importante en el quehacer artístico del grupo Size, aportando interesantes letras, sobre todo de la mano de Robledo; así como música que era difícil ejecutar: como tocar en vivo la guitarra y el teclado al mismo tiempo. Además de toda la imaginería sonora progresiva que, ni para Size dejaron de lado, y que tienen notoriedad en ciertas piezas (en el tema “Alebrije” por ejemplo). Es bueno mencionar que, en su momento, Walter Schmidt ya había adquirido el gusto por el punk rock, pero Carlos Robledo, al principio, se mostró inconforme y tal vez, renuente, tanto con el sonido y con la estética, pero con el tiempo se acopló y pudo encontrar la manera de adaptarse.

Sus grabaciones oficiales constan, en un principio de dos EPs. El primero, contiene las canciones “Tonight” (con una clara tendencia al punk), y “Daily Matrix”, que tiene mayores tintes new wave, que fue grabado en 1980. El segundo EP, ya tiene una mayor influencia tecno y letras en español, publicado en 1984 (mismo año en el que deciden separarse). Las canciones son la icónica “El Diablo en el Cuerpo” y “La Cabellera de Berenice” (producido por Eisenring). Habían tenido la intención de realizar un LP, el cual llamarían “Nadie Puede Vivir con un Monstruo”, ya que contaban con mucho material para ello, pero esa grabación quedó enlatada y, vio la luz, de manera póstuma al grupo ya entrados los años noventa, en una recopilación llamada “Size”, que reunía todas las canciones grabadas del grupo.

Illy fallecería en 2010, víctima de un accidente automovilístico. Nunca hubo una reunión del grupo.

De lo punk a lo electrónico con Casino Shanghai

Fue poco tiempo después de la disolución de Size, que se formaliza la creación de Casino Shanghai, hay quienes dicen que incluso comenzó a cocinarse en paralelo. Fue en el año 1985, cuando Ulalume (antiguamente GoGo girl de Size), se le ofrecía una fiesta de despedida en el extinto Bar 9 de la Zona Rosa. Previamente, habían estado ella, Carlos Robledo, Walter Schmidt y Humberto Álvarez (ex MCC) musicalizado algunas poesías traídas por Ulalume para presentarlas en un show musical-performancístico en donde se compuso música electrónica con uso de sinterizadores y programaciones de sonido al tiempo que Ulalume cantaba. Durante esa fiesta, los directores del naciente sello disquero Comrock les proponen grabar un disco, a lo cual obviamente dicen que sí.

En este nuevo proyecto la música y la imagen física iban muy de la mano, aunque a la vez contrastaban; usaban atuendos de gangsters, muy en la onda de los años treintas y cuarentas. La música era tecno-pop, con toques de dramatismo tanto musical como escénico. Pudieron haber sido increíblemente aceptados en las escenas góticas y “darks” que surgirían años después en México. El único disco que apareció contiene ocho temas, todos cantados en inglés. El disco lleva el nombre de “Film” y apareció en 1985. Ya no había tanto ambiente punk, pero sí un “cotorreo decadente”, como lo narraría alguna vez el mismo Humberto Álvarez.

La dupla Robledo-Schmidt, nuevamente fueron los creadores de todas las atmósferas sonoras. Los pasajes musicales de repente recuerdan a “films” de horror, comedias negras, películas de mafiosos; haciendo siempre alusión al cine. La música del grupo apareció en la película “Crónicas de una Familia”.

Alex Lantzeta también recuerda el cambio de Walter y Carlos de Size a Casino:

“Aunque fui a varios conciertos del Casino, la verdad siempre tuve una especie de animadversión hacia el proyecto, pues sentía que Walter y Charlie estaban dejando a Size de lado y sinceramente nunca me convenció del todo ese proyecto “.

En México ya habían existido proyectos de corte tecno pop previos a Casino Shanghai, como Syntoma y El Escuadrón del Ritmo; sin embargo, fue justamente Casino Shanghai, quien saltó un poco más allá y ganó popularidad, justo por estar dentro de una disquera como Comrock que ya tenía peso por tener entre su elenco a El Tri, Luzbel, Kenny y los Electricos (antes &The Electrics) y Ritmo Peligroso (antes Dangerous Rhythm). Rodeados de bandas de rock, también les fue difícil encajar, pues en esa época tanto colegas de la música como el mismo público tenían cierto prejuicio sobre la música electrónica, ya que la relacionaban con la música disco, considerados en ese momento como enemigos naturales del rock. No obstante, mucho del público del rock, también los aceptó por tener enfrente a tres figuras que ya conocían de anteriores bandas de rock: Humberto Álvarez y obviamente Walter Schmidt y Carlos Robledo.

Cabe destacar que, la influencia que Walter y Carlos ya tenían por la música hecha con el uso de sintetizadores, orquestadores y demás instrumentos electrónicos, desde el rock progresivo con Decibel, ya se veía venir, hasta la evolución que ganaron construyendo a Casino Shanghai; todo parecía indicar que las cosas fluían de manera natural y era su paso a seguir.

El grupo ya no siguió por más tiempo en escena, quizá en 1986 tuvo su disolución, ya que, la música hecha en inglés por parte de músicos mexicanos,  no tenía tanto peso para el público.

Casino volvió a escena varios años después, editando en dos formatos su único álbum de larga duración en el año 2013.

Decibel y sus apariciones posteriores

Podemos decir, que de todos los proyectos que nuestros protagonistas, Schmidt y Robledo, ha sido justamente Decibel, el de más apariciones e incluso más vida activa ha tenido. Por su alineación han pasado varios músicos más, como Carlos Alvarado, Xavier Baviera, Alex Eisenring, Carlos Vivanco, etc. Hay que mencionar también, el trabajo gráfico, que haciendo juego con esta música diferente y difícil de clasificar, en varias ocasiones, engalanaron sus portadas e interiores con las pinturas del artista José Manuel Schmill, conocido por pintar deformidades y monstruos abultados.

  • Tras varios años en el anonimato, reapareció un disco llamado “Contranatura”, para la disquera independiente Rock and Roll Circus, en 1992. Para el año siguiente, volvieron a juntarse para conmemorar 20 años de la aparición del grupo. Se trata de una reedición de “El Poeta del Ruido”, que, además, contiene varios bonus tracks.
  • En 1997, lanzan “Mensaje desde Fomalhault”, el cual contiene un tono más oscuro y atmósferas. Se utilizaron algunas voces extrañas que podrían causar auténticas pesadillas.
  • “Fortuna Virilis” llega en 1999. Esta vez, con toques experimentales casi teatrales y cinematográficos que, además, incluye una declamación perturbadora (tanto este disco como el anterior, llegan gracias a Discos Momia, propiedad de Carlos Alvarado).
  • En 2003, son convocados a reeditar todos sus álbumes anteriores dentro de un box set en una compañía israelí: MIO Records. Obra, que llevó el título “Fiat Lux”, que a modo de bonus, contiene un álbum grabado en vivo llamado “In Concert Plus”.

En esta nueva etapa, es más evidente el uso de elementos electrónicos, gracias a las aportaciones de Alex Eisenring (ex integrante de El Queso Sagrado, El Escuadrón del Ritmo y Syntoma), quien de alguna manera toma la batuta en cuanto a producción y dirección, en el sello Discos Abronia. Sobre eso Eisenring comenta:

“Nos juntamos en diciembre de 2010 y desde ahí. Básicamente mi papel ha sido el de ser productor, aparte de componer y tocar”

  • En 2012 son invitados a formar parte del ciclo “Cine Mudo a Ritmo de Rock”, por parte de la Cineteca Nacional, musicalizando los cortometrajes del director francés George Méliès, de principios del siglo XX, música que sirvió para grabar el disco “Méliès” ese mismo año.
  • En 2014, graban un disco “En Vivo”, en el museo Carrillo Gil.
  • “Insecto Mecánico” llega en 2015, y contiene recopilación de temas de esta última etapa y composiciones nuevas.
  • En 2016, aparece “Secuencias Genéticas”, que aquí marcan una nueva época de música original.
  • En 2017, lanzan “Tomando el Té con Alicia y el Sombrerero Loco”, grabado en vivo en el Multiforo Alicia.
  • 2020, reeditan absolutamente toda su obra en el box set titulado “Dossier 1977-2017”.

¿Cómo definir a Decibel si lo quisiéramos introducir en algún género?

  • Rock experimental
  • Música experimental
  • Rock de museo
  • Rock progresivo
  • Jazz extraño
  • Rock electrónico perturbador

NOTA: Todos los términos de arriba solo son cosas que se me fueron ocurriendo a título personal.

Conclusiones

 Resulta, al menos para mi gusto y entendimiento, muy interesante el recorrido musical por el cual han transcurrido este par de músicos que llevan tocando toda una vida juntos, que han plasmado en sus grabaciones y presentaciones en vivo, todo el bagaje, ingenio y astucia dentro de los proyectos que han realizado.

Eisenring también describe a esta singular dupla:

“Como 2 amigos de toda la vida, con una visión muy clara hacia el futuro, dos visionarios.

Ha sido un placer tocar y convivir con ellos, llegue a tocar con Decibel desde 1976 como invitado.”

A título personal, no podría describir la grandeza que me genera apreciar su obra y lo que pudiera significar para la escena mexicana alternativa, pero puedo decir que su música me ha transportado por distintos estados de ánimo: contusión, locura, espanto, miedo (en Decibel); diversión, dispersión, rebeldía, excentricidad (en Size); y, libertad, elegancia, poesía (en Casino Shanghai).

Su música podrá no parecer clasificable para muchas personas. No podrían meterla dentro de una corriente esperando ser asimilable para un público de masas, pero sin duda, es del agrado de gente que espera sorpresas e innovaciones para no quedarse estancado.

En otros países, ciertas corrientes musicales, los exponentes de líneas como el rock progresivo y el punk rock, jamás se hubieran juntado. Es más, en su momento, tanto en Reino Unido como en Estados Unidos los punks y los progresivos fueron corrientes contrarias que prácticamente se enfrentaron y confrontaron entre sí, y por otro lado, ninguna de las dos ya mencionadas podría convivir tanto con exponentes tecno-pop; pero en México tuvimos la suerte de contar con Walter Schmidt y Carlos Robledo, quienes han ido y venido de ambas a su antojo, se han reagrupado y disuelto a libre albedrío, logrando siempre resultados interesantes y dignos de ser apreciados y contados.

Helios Rodríguez

_______________________________________

Estudié gastronomía quien sabe por qué, aunque me apasiona la cocina. Apasionado de coleccionar música en formatos físicos. Entusiasta de las artes gráficas y plásticas y aficionado a su práctica. Me encanta el rock mexicano en todas sus expresiones, desde lo muy comercial hasta lo más subterráneo.

Comparte en tus redes:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *