La idea de que el sistema dominante nos condiciona a hablar de política o de cosas serias como una forma de controlar el discurso y evitar la discusión de temas libertarios o el libre enfoque de la vida es un concepto reflexivo interesante.
En efecto, el sistema puede influir cabalmente en la forma en que pensamos y hablamos sobre ciertos temas, y puede intentar limitar el discurso o el campo de visión a ciertos temas «seguros» o «aceptables» o «trascendentales».
Esto puede ser una forma de controlar la imaginación, la narrativa y evitar que se discutan temas que puedan ser considerados subversivos o desafiantes para el status quo, pero también una forma de privar la libertad y la creatividad desde la mente y el pensamiento imaginativo.
Algunos ejemplos de cómo el sistema puede condicionar nuestro discurso interno en el enfoque de la vida incluyen:
– La creación de un discurso dominante que determina a cabalidad qué temas son «importantes» o «relevantes» y qué temas no lo son, y por ende son prescindibles.
– La censura o la autocensura que puede ocurrir cuando se intenta discutir temas que son considerados «tabú» o «peligrosos», o que son mal llamados irrelevantes.
– La creación de un entorno de miedo o de intimidación que puede disuadir a las personas de discutir ciertos temas o de expresar opiniones disidentes o desarrollar otros enfoques para la vida.
Sin embargo, es importante destacar que también hay formas de resistir y desafiar este condicionamiento en contra del sistema de control, naturalmente opresivo.
Algunas estrategias pueden incluir:
– Buscar fuentes de información alternativas y diversificadas, y otros caminos de plantearse las cosas, que pueden ofrecer perspectivas diferentes y más amplias.
– Crear espacios de discusión y debate que sean seguros y respetuosos, y que permitan la expresión de opiniones y perspectivas diversas.
– Desarrollar habilidades artísticas, creativas, críticas y analíticas que permitan gestionar la información y las ideas de manera objetiva y reflexiva.
– Apoyar y promover la libertad de expresión y la diversidad de opiniones, y oponerse a la censura y la represión.
La capacidad de hacer frente a la tiranía del pensamiento y la imaginación es un recurso más de batalla digna en oposición cabal hacia el sistema.
Por Víctor Del Real Muñoz