La cultura mexicana es reconocida frente a otras naciones por íconos como los grandes sombreros de paja o la indumentaria charra, también por su vasta gastronomía, la diversidad de sus bebidas alcohólicas, por sus sitios arqueológicos, el picante y porque además dicen, los mexicanos somos muy alegres.
Dentro de todos esos elementos culturales entre los que se puede llegar a colar algún estereotipo, existe otro que, a pesar de su belleza, colorido y vivacidad, suele perderse de vista: la floricultura.
Aunque el conjunto de flores y plantas que México ha aportado al mundo es diverso, si queremos hablar en estricto sentido de aquellas ornamentales que son endémicas del país y gozan de popularidad mundial, resulta apropiado mencionar tres: la flor de cempasúchil, la flor de nochebuena y la dalia.
La flor de cempasúchil caracterizada por sus tonos de amarillo a anaranjado, se ha convertido en un ícono de la tradición de día de muertos mundialmente conocida y que incluso, ha formado parte del cine en sus géneros de acción (007: Spectre), drama (Sangre por sangre) o de animación (El libro de la vida) entre muchos otros filmes.
La nochebuena por su parte, ha roto fronteras desde principios del siglo XIX cuando Roberts Poinsett la llevó de México a Estados Unidos para luego expandirse a lo largo del mundo, donde se le relaciona estrechamente con las fiestas decembrinas y toda la cultura que se encuentra en torno a dichas celebraciones invernales.
La dalia aunque menos popular que las dos anteriores, llegó a Europa más tempranamente cuando José de Cavanilles la llevó desde el actual México hasta España donde se extendió hacia el resto del continente. Esta flor que puede encontrarse en innumerables formas y colores, además de cultivarse en la Ciudad de México (principalmente en Xochimilco), Puebla y el Estado de México, también se produce en la propia Europa donde tiene una presencia importante principalmente en su lado occidental. Incluso en Países Bajos se celebra, por ejemplo, el Festival de la Dalia en su honor; asimismo, en España dentro del Parque del Matadero localizado en Madrid, se ha creado una “dalieda” que tiene por nombre “Botánico Cavanilles” y junto a las violetas, se ha convertido en un referente floral de dicha ciudad. Asimismo, la dalia está presente en la obra de García Lorca, siendo una flor a la que recurre en sus poemas y obras de teatro para referirse al esplendor y la vivacidad.
Es importante señalar que estas flores (la nochebuena un arbusto stricto sensu) han pasado por un proceso de domesticación que se remite a la época prehispánica, de ahí que la versión que conocemos de estas flores sea producto no sólo de la naturaleza, sino de personas que, mediante un proceso de selección y técnicas de cultivo, legaron al mundo su existencia de la misma forma en que lo hicieron con el chile o el maíz.
Aunque tienen su origen en México, irónicamente dos de estas flores ya se producen mayoritariamente fuera del país: el cempasúchil encuentra su lugar de mayor producción en China y la India; por otro lado, la nochebuena tiene su mayor número de patentes en Estados Unidos, Francia, Alemania, Holanda e Italia, siendo la dalia la flor que goza de una producción hegemónicamente mexicana. Por cierto, por decreto emitido en 1963, esta última fue declarada como Flor Nacional.
Los pétalos mexicanos de estas hermosas flores han surcado los mares y recorrido cualquier cantidad de kilómetros por tierra para adornar los hogares, campos y parques en el mundo, por lo que representan una parte de México materializado en la sensibilidad de una flor, de ahí la importancia de que, al hablar de la cultura mexicana, resulte preciso aludir a estas tres princesas de la floricultura nacional.
Fuentes:
“Ven a disfrutar de las coloridas en Países Bajos”
“Seis flores endémicas que son un regalo de México para el mundo”
“Cempasúchil: Un símbolo mexicano… ¿Cultivado en China?”
“Todo lo que debes saber sobre la Flor de Nochebuena”
“La dalia pugna con la violeta por ser la Flor de Madrid”
https://elpais.com/diario/2002/07/27/madrid/1027769075_850215.html
“Daleida <<Botánico Cavanilles>> Parque del Matadero”
https://www.memoriademadrid.es/buscador.php?accion=VerFicha&id=340018&num_id=13&num_total=148
Víctor Hugo Martínez Barrera
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Se formó como abogado en la Facultad de Derecho de la UNAM y, como historiador, en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. Sus líneas de trabajo son el Derecho Constitucional, los derechos de los pueblos indígenas y el período posclásico mesoamericano.
