La práctica profesional y especializada de los deportes en torneos oficiales como panamericanos, mundiales y Juegos Olímpicos es, sin lugar a dudas, un espectáculo impresionante que muestra el nivel más alto de consagración de habilidad técnica y condición física en los atletas, además de la expresión del talento y la envergadura técnica en la ejecución de la prueba que hace el atleta.
Sin embargo, esto puede crear una brecha entre la práctica profesional y la práctica ciudadana de los deportes, ya que, en millones de ciudadanos, de lo que podríamos considerar ciudadanos de a pie, el ver niveles tan altos en la ejecución y en las capacidades físico atléticas, pueden mermar la práctica en el estándar normal de cada uno de los deportes como simples mecanismos de activación física, que me parece es el objetivo más importante del deporte profesional.
La visión de atletas altamente entrenados y especializados, y más los de hoy en día, puede generar una sensación de intimidación o desaliento entre las personas que practican deportes por recreación o salud.
Esto puede llevar a algunas personas a sentir en lo más íntimo de su corazón que no están a la altura o que no son lo suficientemente buenos para practicar un deporte, aunque su finalidad sea la mera recreación o la diversión.
Sin embargo, es importante hacer prevalecer que los deportes tienen un propósito más allá de la competencia profesional.
La práctica ciudadana de los deportes es trascendental para la salud y el bienestar de las personas, además de la contribución a un mejor ánimo emocional.
Los beneficios de la actividad física regular son innumerables, desde aumentar la salud cardiovascular hasta reducir el estrés y aumentar la autoestima, además, el criterio profesional también responde a una inercia de expansión económica para generar una lógica de utilidades, de ganancias, y de desarrollo de mercados a partir del deporte.
En lugar de desalentar la práctica ciudadana de los deportes desde los niveles de un tamaño de experto, la visión de los atletas profesionales con sentimiento colectivo debería inspirar y motivar a las personas a encontrar su propio nivel de participación y disfrute con ello.
Es importante inspirar una cultura que valore la participación y la diversión en los deportes, más allá de la competencia y el rendimiento, que también son factores estresantes y de penetración de la lógica enferma del mercado.
La práctica profesional de los deportes es un espectáculo impresionante, y de forma válida consagra el reconocimiento de los aficionados y el mundo entero, pero no debería desalentar la práctica ciudadana de los deportes.
En su lugar, debiera inspirar y motivar a las personas a encontrar su propio camino en la actividad física y disfrutar de los beneficios que conlleva, enalteciendo siempre el beneficio de una vida con sentimiento colectivo y feliz.
Víctor Manuel Del Real Muñoz