Mirar un partido de fútbol soccer por televisión o en un estadio e incluso en un campo de barrio es una de las rutinas más comunes del ser humano promedio en el mundo.
El fútbol soccer, mientras sea jugado con una vocación ofensiva generadora de espectáculo, es una de las rutinas visuales más divertidas que el deporte en general le puede ofrecer a un aficionado.
En estas épocas en que se juega la Eurocopa y la Copa América en este año 2024 los sabores futboleros por el mundo saben bien, y generan pasión, y es que este elemento que causa alegría no puede pasar desapercibido por las conciencias colectivas.
La gente tiene derecho a pasarla bien, aún dentro de este valle de lágrimas que es la sociedad capitalista actual en el mundo, aunque sea por un momento efímero y momentáneo, falaz e inútil, otorgado por el fútbol soccer.
Más allá del fervor que el fútbol soccer causa, y también, más allá de todas las incidencias del mercado que en torno al fútbol existen, hay un factor que no es menor y del cual seguramente algunas personas sí son conscientes cabalmente y que a continuación se mencionará.
El fútbol soccer, o mas bien, la práctica física del fútbol soccer, en si, es una disciplina de práctica deportiva muy completa, porque si nos damos cuenta cuando los árbitros y jugadores están en un partido, la mayor parte del tiempo alternan periodos de caminata con periodos de trote y sesiones de aceleraciones, esto es, existe un constante CAMINAR y CORRER en diferentes direcciones.
Esto hace, que a la voz de una reflexión deportiva, el fútbol soccer dosifique y utilice los esfuerzos físicos de manera perfecta y lo vuelvan una práctica humana absolutamente deliciosa como ejercicio de tonificación, de vasodilatación y de esfuerzo cardiovascular.
Luego entonces, esa característica de CAMINAR y CORRER que ostenta el fútbol soccer se puede extrapolar como una dinámica de activación física que, en cualquier lugar o parque, cualquier ser humano que tenga condiciones físicas adecuadas para la práctica de algún movimiento físico puede llevar a cabo, aunque sea desde una cinética relajada y sin tanta intensidad.
Es posible suponer que ese caminar y correr constante, dentro de un partido de fútbol, es lo que causa que jugadores y árbitros ostenten una figura corporal saludable, ágil, potente, de peso adecuado y sobre todo una salud metabólica que es notoria visualmente, porque el organismo se mantiene activo, de manera variable, en la inercia del caminar y correr de un partido.
Hablamos de que CAMINAR y CORRER es en sí un par de movimientos físicos que, por naturaleza e instinto cualquier animal, el ser humano incluido por supuesto, desarrollan sin siquiera practicar una técnica especial.
Se asume, a partir de lo mencionado en el párrafo anterior, que esta puede ser una práctica bastante efectiva para hacer ejercicio de manera natural y gratuita.
Por Víctor Manuel Del Real Muñoz