Es demasiada la información textual y gráfica, sonora y audiovisual a la que hoy en día está sometido el ser humano promedio, en su interacción estándar con el teléfono y en la observación de la televisión y en toda la cantidad de mensajes subliminales y anuncios de indistinta envergadura en términos de presentación que se ven por la calle y en cualquier resquicio más.
Existen estándares científicos y psicológicos que apuntan a decir que ese exceso de información está generando un desbalance anímico, espiritual, además de psicológico en la conducta de las personas en la actualidad, sencillamente por la hiperestimulación a la que es sometido.
Se apunta a decir, en términos generales, que el ser humano está siendo víctima de una intoxicación informativa de distintos temas porque le generan una afluente obsesiva de querer acaparar todo el alcance de esa información disponible, y a partir de ahí un sinfín de variantes de interpretación, de distintos tipos de presentación, y de diversos canales y reductos que saturan la disposición mental del ser humano promedio.
De cada uno de los temas que conciernen la cotidianidad del ser humano es posible tener al alcance de la mano muchísimos canales de búsqueda y muchísimos resultados, que generan una variabilidad cansada y hasta enferma de temas y de alcances que incluso pudieran resolverse, o saberse, de manera más simple y efectiva.
Hasta hace unos años el hallazgo de un cierto tipo de información o de ciertas respuestas era digno de un confort efectivo y terso, en donde el ser humano promedio se bastaba o se sentía satisfecho con encontrar un patrón de referencia sobre algún punto, y a partir de ahí continuar en paz el resto de su vida.
Pero hoy en día esta dinámica de saturación informativa y de exceso de temas y variantes de esos temas está generando criterios de duda y de incertidumbre hasta para confiar de un patrón de referencia que se ha encontrado sobre algún tema, lo cual genera una dinámica estresante por querer acaparar todas las líneas disponibles para entender sobre uno o varios temas y eso en si es una obsesión.
A nivel del mercado se habla de que estamos en la era de la información, donde la idea es vender información para la mente y conceptos mentales y constructos que se asimilan a través de la mente, con un sinfín de información y eso se encausa en forma de mercancía disponible en una anaquel de mercado, hoy en día casi siempre digital.
De acuerdo al contexto anterior, la dinámica de las tiendas virtuales y de las plataformas que están disponibles en los teléfonos venden información de distinta envergadura, en forma de mercancía donde queda claro que esa saturación mental es hoy visto como un autentico nicho de Mercado.
¿Hasta donde el ser humano es capaz de aguantar tanta información? No se sabe, pero lo que sí es un hecho es que estamos sometidos a un bucle que satura y que vuelve cansada la realidad cotidiana con demasiadas cosas por ver y asimilar mentalmente.
Son cada vez menores los espacios de vacío que tiene disponibles el ser humano para liberar su mente y liberarse de los condicionamientos que generan referencias para darle un sentido a la vida y que le impiden encontrarse con la tersura de un nivel de conciencia ilimitado.
Es necesario descansar un poco, así de simple.
Víctor Manuel Del Real Muñoz