Crónica de una tocada dominguera

El pasado domingo 29 de octubre del presente año, se llevó a cabo un evento rockanrolero. Una clásica tocada dominguera de “rock urbano”, en donde la estrella invitada era la banda española Ángeles del Infierno. La cita era en el Centro Cívico de Ecatepec y, el cartel, mostraba que la entrada era partiendo de las 12:00 am.

Es una tradición constante para la comunidad rockanrolera asistir a este tipo de “festivales” o “masivos”, en donde una serie de bandas urbanas desfilan para beneplácito del público, quienes bailan y canturrean a ritmo de una chela o algún “solvente” para elevarse. En mi caso, la primera ocasión que asistí a un evento así fue en el año 2005, arrastrado por un amigo que ansiaba ver a Charlie Monttana (Q.e.p.d.), a quien vimos a cierta hora y, me impactó tanto, para bien como para mal. Se cuenta que los mayores antecedentes de este tipo de tocadas datan de inicios de los ochenta, en los llamados “Hoyos funkies”, eventos prácticamente clandestinos, en donde las bandas tocaban a ras de piso, iluminados por un foco de 100 w, donde la banda pesada muchas veces se comportaba mal. Las condiciones técnicas para los grupos no eran las adecuadas y el sonido era pésimo. Muchas veces, terminaban en trifulcas y redadas policiacas. Con el paso de los años, se realizaron de una mejor manera; los espacios eran mucho más adecuados y el equipo mejoró.

En esta ocasión, el cartel anunciaba a los Ángeles del Infierno como estelares; Sur 16, Tex Tex y Banda Bostik en primer renglón. Hazel y los metaleros Megatón, Khafra y Luzbel en el segundo renglón y, como tercer y cuarto renglón, aparecían bandas varias como Los Gestos de la Doña, Brevaje Extraño, Tatuaje Vivo, Perro Callejero, Sangre Avándaro, Tristeza Urbana y los punketos 1234 Yaps y Migraña Social.

Al ir a ese tipo de conciertos, uno debe ir preparado para bastantes horas de música, mente abierta para ver gente de todo tipo, pasándola chido a su estilo (consumiendo chela, churro o chemo). Es esencial estar bien alimentado y no calentarse a lo loco cuando el slam se hace presente. La banda gruesa es chida si convives chido con ellos. La danza agresiva del slam es lo más divertido y gratificante cuando el punk o el metal empiezan a sonar y a la gente lo que más le importa es la diversión y el rock and roll.

La organización en esta ocasión lució extraña, no tanto en el sentido técnico, sino en la logística y el orden de las bandas al salir a tocar. Como mencionamos hace unos renglones, pareciera que el orden de las bandas va en sentido ascendente, sin embargo, esto no sucedió así (al parecer desde el prinicipio). Al llegar al recinto, esperaba a un amigo y su novia para no disfrutar solo de la fiesta. Así que me quedé a esperarlos afuera. Llegando a las inmediaciones del lugar me dispuse a “dar la vuelta” en lo que mi cuate llegaba. Al bajar de la combi, me encuentro a nada menos que el señor Carlos Avilés, músico tapatío, conocido por ser el bajista de Cuca, mismo que venía a actuar con Khafra, conjunto metalero sonorense; quien amablemente accedió a tomarse una foto a mi lado. Al acercarme al Centro Cívico, desde afuera la banda que sonaba en ese momento era Tatuaje vivo y eran aproximadamente las 5:00 pm. Posteriormente, siguiendo aún a la espera de que mi amigo diera señales de vida escuché que Los Gestos de la Doña hicieron acto de presencia, y ya para el final de su presentación, sonó su clásica “Quizás sí quizás no”… sus notas musicales de alguna forma ya me estaban abriendo el apetito del disfrute musical.

Ya como a las 6:00, escuché desde afuera a otra banda que honestamente ya no supe cual era, ya que mi amigo apareció, mientras saludábamos a la banda que encontramos por afuera. De repente escuché que Megatón subió al escenario; las notas metaleras se hicieron escuchar “Con los brazos abiertos”. Posteriormente Khafra hizo su aparición y logró prender a la gente que hacía headbanging al son de “Dos bestias” su más icónica rola. Ya para este momento al ver que dos de las bandas metaleras del segundo renglón del cartel habían aparecido, me imaginaba que estábamos un poco más cerca del punto épico de la fiesta… que equivocado estaba.

Al poco tiempo, la danza punk se hizo presente con el grupo Migraña Social (quienes, de hecho, estaban anunciados hasta abajo), no me quejé, ya que un buen slam y madrazos amistosos no se le niegan a nadie; si te caes en el slam te levantas y  sigues echando desmadre. La banda gritaba eufórica.

El siguiente número fue Luzbel, banda emblemática del rock y el metal en México comandada por el señor Raúl Greñas… Poderosas sonaron “Pasaporte al infierno”, “Advertencia” y “El loco”. Sabroso sonó ese poder astral y oscuro. A decir verdad, me dejaron hambriento, no porque hayan tocado mal, sino porque hubieron rolas que me habría encantado escuchar de ellos.

Sur 16 fue la siguiente en entrar (mismos que se tardaron alrededor de media hora en aparecer). “Bellos recuerdos” y “En dos”, siempre les funcionan muy bien. La banda bailaba ese pasito apache y divertido que a mi nunca me ha salido por más que lo he ensayado. Las malas lenguas dicen que se llama “pasito trisolero” haciendo referencia a que nació en los años setentas y ochentas, cuando el Three Souls in my Mind reinaban en los “hoyos pesados”.

Después, pasado el rato las pantallas planas del evento se vistieron de rojo fuego… de momento dije “No manches ¿Apoco ya salen los Ángeles? Si todavía falta Tex Tex, Bostik y… Hazel”…  pues no, porque la siguiente fue una banda que honestamente no entendí el nombre cuando lo dijeron “NOSOTROS SOMOS … ” tocaron metal y sonaron muy bien, pero para este punto la banda (o séase el público) ya estaba empezando a impacientarse. Tocaron como cinco rolas, no más, y cerraron con una que se llamaba “Al otro lado de la muerte”, parecía que para este punto, toda la banda hasta festejó, que se fueran.

Tardaron otros treinta minutos en que otra banda se subiera a tocar, y en esta ocasión, fue Perro Callejero. En ese punto, otra vez, me llegó la idea de que la organización y el orden de las bandas estaba muy raro, ya que Perro Callejero, también aparecía al fondo del cartel. “Chale, pues entonces ¿Cuál seguirá después?” Ya eran casi las 11:00 pm y apenas aparecía otra banda que estaba en la parte de abajo del cartel. Podría seguir cualquiera, nos daba risa y nos causaba un poco de desconcierto… Nos preguntábamos entre los asistentes (los que quedábamos sobrios por supuesto) ¿Cuál sigue? ¿A qué hora tocan los Ángeles del Infierno? ¿Qué horas son? ¿A qué hora dejan de salir las combis? Momentos cómicos, pero a la vez, medio desesperantes.

Nuevamente el escenario se ilumina y esta vez recibe a Tex Tex, quienes nunca quedan a deber. Fue un show cómico, mágico y rockanrolero y la banda respondió bien ante su actuación. “Ahora que no vives conmigo”, es un tema emotivo y divertido para mí, que siempre disfruto escuchar en vivo o en disco, o donde sea. Sin embargo, al igual que Luzbel, también me dejaron un poco hambriento de más de ellos, queriendo más de sus rolas que nunca tocan, pero todo bien.

¿Quiénes seguirán ahora? Ya eran más de las 00:00 de la madrugada, honestamente empecé a pensar si en retirarme o no. El cansancio ya me pesaba en los hombros y los pies. Había bastante piso y nos sentamos a charlar un rato, incluso haciendo nuevos cuates y bromeando. Unos tragos de chela también ¿Por qué no? También veíamos con cierta gracia e ironía que algunos empezaban a mentarles la madre a los tramoyas y al staff, gritándoles que se apuraran. El grito de ¡A VER, A VER, A VER A QUE HORA ! no se hizo esperar, y la bulla de ¡ÁNGELES, ÁNGELES, ÁNGELES! tampoco se mostró tímida.

Cuarenta minutos más tarde (como a la 01:30 am ya del lunes) nos presentaron a la banda española que se coronaba como estelar en esta ocasión.  Llegaron los Ángeles del Infierno, abriendo con la tonada tecno industrial que les sirve de intro en el disco  ”Todos Somos Ángeles”, para seguir con la Parte 2. Cabe señalar que dieron un espectáculo bastante consistente. Las rolas que fueron las preferidas del púbico fueron “Diabólica”, “Sangre”, “Vives en un cuento” y “El principio del fin”. Los momentos baladescos siempre protagonizados por “Si tú no estás aquí”, “666”, “Jugando al amor” y “Al otro lado del silencio”. Esta última, dedicada a la memoria de Arturo Huizar (Luzbel), Charlie Monttana, y Sax (Maldita vecindad), quienes aparecieron en las pantallas gigantes. Los clásicos “Sombras en la oscuridad”, “Maldito sea tu nombre”, “Con las botas puestas”, “A cara o cruz” siempre se agradecen, ya que son de esas rolas que juraríamos que el mundo se acabaría si no las tocan. Me sorprendí con la presencia de canciones como “Héroes del poder”, que estuvo arruinada por una falla técnica. Recuerdo que el slam se armó nuevamente con “¿Dónde estabas tú?” que fue de las últimas… La verdad, aunque todos augurábamos que Juan Gallardo ya no tenía  una voz buena para cantar, me logró sorprender  porque cantó muy bien casi todo el concierto. No hubo mayores problemas y la gente la pasó muy bien. ¿Rolas que me hubiera encantado escuchar? “Las calles de mi barrio”, “Cae la noche”, “Nada que perder”.

La tocada terminó para entonces… Esperen, ¿En realidad terminó? Pero y ¿la Banda Bostik a qué pinche hora salió? La cosa fue que nosotros nos retiramos y ellos no salieron. Al otro día nos enteramos que salieron a las dos y pico de la madrugada… O sea ¡Ya ni chingan! La neta sí los quería ver, se pasaron de lanza… Pero ya no nos íbamos a quedar más tiempo.

Ya sé que siempre tomo en cuenta para esta columna todo lo relacionado al rock mexicano, ya que es de las cosas que más me apasionan musicalmente, pero cierto es que hay bandas que uno lleva toda la vida escuchando y aunque sean extranjeras siempre da gusto ver, en mi caso fue Ángeles del Infierno, y claro, mucho de las bandas nacionales que estuvieron presentes también constituyeron un deleite para mi.

La logística y el orden de las bandas es de lo que más podría criticarle a este evento. Sí, nos divertimos todos. La pasamos muy bien, pero sería importante tratar de respetar el orden de los grupos a fin de que cada banda tenga su lugar dentro de la publicidad y se cumpla el orden ascendente en el que se anuncian.

Espero pronto poder reseñar otra tocada.

Helios Rodríguez

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Estudié gastronomía quien sabe por qué, aunque me apasiona la cocina. Apasionado de coleccionar música en formatos físicos. Entusiasta de las artes gráficas y plásticas y aficionado a su práctica. Me encanta el rock mexicano en todas sus expresiones, desde lo muy comercial hasta lo más subterráneo.

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