El cientificismo convencional le dice a usted que, para todos los aspectos de la realidad, debe abrigar opiniones sobre cada suceso de su acontecer o lo que prevalece en su entorno, y que además debe implementar para esos juicios de valor evidencias y argumentos ponderables en la medida de lo posible, aunque usted se mantenga en una posición meramente ciudadana.
Este modelo de construcción de vida pareciera ser el más adecuado a los ojos del mundo, se trata del estilo de vida legitimado por los dirigentes del planeta y, desde una semblanza personal, yo le diría a usted que para lo más funcional y de sobrevivencia, por ejemplo, en su trabajo, no prescinda de este modelo.
Sin embargo, le reto, o bien, le invito, a que en aspectos muy inmediatos de su vida y de su interioridad, intente distenderse sin dar opiniones ni juicios de valor ni calificaciones sobre muchos aspectos muy personales de usted, o simplemente en aquellos donde pueda adoptar una posición neutral.
Le pido, al menos de primer momento, que no juzgue mi recomendación sino que la lleve a cabo como acto meditativo, y así de paso se dará cuenta que para meditar y liberar la mente no es necesario aislarse de su realidad inmediata.
Le aseguro que podrá experimentar el descanso mental y hasta metabólico que se obtiene en la medida de posarse neutral ante los aconteceres más inmediatos en su vida.
Le pido también, corroborado por usted mismo, que cuando tenga la intención de relajarse, sencillamente haga suya esta práctica y verá los resultados tan extraordinarios, los podrá sentir.
Trate de no abrigar opiniones sobre dolores o circunstancias personales o dolencias emocionales, o juicios de valor sobre la realidad externa a su vida. Si lo hace, verá incluso cómo potencia su energía interna.
Asimismo, usted podrá corroborar cómo la mayor parte de su vida se construye, simplemente, por interpretaciones y calificaciones de su mente, que conjetura y no para.
Le invito a que lo lleve a la práctica.