Lorena Santbrown: Entre tejidos y texturas

Por Eduardo Villalobos

Este espacio (Me refiero al lugar al que van a dar mis ideas en forma de letras) se nutre de la vida de artistas que iluminan con su talento la oscuridad de la cotidianidad a la que estamos impuestos por voluntaria rutina. No obstante, considero que a través del arte y sus diversas manifestaciones, recuperamos mucho del significado imperceptible, pero trascendente, de lo que es ser humano. Así, pues, como parte de nuestra existencia, soy fiel creyente de que sus manifestaciones más sublimes son producto de los sentimientos y emociones más profundas que, a veces, tienen forma de música, de pintura, de danza y, en otras, van más allá de lo convencional, como es el caso arte textil. Por tal razón, en esta ocasión le comparto un poco de la excelente obra de la artista Lorena Santbrown.

Orgullosamente mexicana, Lorena Santbrown es una propuesta joven y exquisita del mundo de las artes textiles, con un toque personal que mezcla técnicas plásticas con fibras naturales, tintes y otros elementos que convergen en la estética de su trabajo. Su estilo es poco ortodoxo, a través del cual busca, como sello personal, imprimir la reinterpretación de todo aquello que la rodea, así como del universo creativo e intangible que nace de su mente.

La puerta de entrada al fantástico mundo del arte textil fue la Escuela de Artesanías, del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, de la cual es egresada y en donde logró desarrollar la esencia que se percibe en cada una de sus obras, en las que los colores y texturas conjugan la nostalgia del pasado con el frenesí de nuestros días, a través de diversos materiales que adquieren un nuevo significado al integrarse entre urdimbres, hilos, fibras e incluso otros objetos. En sus palabras, se trata deuna interpretación de hechos históricos y una fuente inagotable de posibilidades para expresar la creatividad ya que, para ella “Cada lienzo es una escritura texturizada que representa creencias, costumbres y conocimientos ocultos en una persistente experimentación que abre una amplia gama de aplicaciones en que se puede hacer desde una escultura hasta instalaciones, rompiendo la barrera de lo utilitario; además es fascinante cómo los textiles han representado la cosmovisión de un lugar, círculos de poder, narraciones, mitología y hasta partituras musicales”.

En su trabajo se aprecia constante movimiento y evolución, lo cual la ha llevado a afianzar su peculiar estilo influenciado, principalmente, por el arte ocultista, el Art Brut y el movimiento textil del siglo pasado. De tal guisa, la mixtura resulta en una rica composición que caracteriza su toque personal, desde la manera en la que presenta su obra y la gama de color claramente definida que utiliza, hasta la introducción de otros elementos casi exóticos, como la escritura asémica.

Su magnífico trabajo crea una conversación dialéctica entre el observador y su arte, pues cada pieza se transforma en un nuevo concepto que se disfruta de infinitas maneras, lo cual ha llevado a que su trabajo sea expuesto a nivel nacional, en recintos como el Museo de Arte Popular, la Galería Lumara, el Claustro de Sor Juana, y en el mismo Instituto Nacional de Bellas Artes. Asimismo, su trabajo también ha sido expuesto en el ámbito internacional, destacando el festival de experiencias textiles “Libros & cartas textiles”, en Argentina, el festival de arte textil “Fibra de artista”, en Brasil, y “Puntadas revoltosas”, en el Museo de la Mujer, en Costa Rica. Esta última participación es una muestra de su manera de traducir sucesos en arte, así como su habilidad para convertir objetos cotidianos en lienzos; por ejemplo, su obra “Conocimiento oculto”, en la que se vale de una composición de plantas y texturas, usando como base un libro, para representar el entendimiento de la herbolaria, en el que, además, se ilustra su gran diversidad, a partir de la abstracción.

Sus actividades no se limitan estrictamente a la producción artística, ya que es una mujer versátil y proactiva que se reinventa y gusta de compartir sus experiencias, lo que la ha llevado a dar conferencias y ponencias, como “La importancia de la Experimentación Textil”, en el Festival Anual de Textiles. Además cuenta con estudios de valuación de arte, es investigadora en el ramo, así como una divulgadora apasionada de los textiles como expresión artística.

Debo decir que, antes de escribir este artículo, tuve el enorme gusto de conversar con ella y, entre otros temas, surgió la pregunta respecto a qué sugeriría a las personas, por cuanto a este tipo de arte poco explorado, en comparación con otros, por lo que, dado el valor de sus palabras, las comparto con ustedes textualmente: “Invitaría a que las personas  consideren el tejido como un medio con el que pueden crear, el textil es muy versátil y se adapta a todo tipo de ideas, es por eso que es un material recurrente cuando se trata de representar temas personales, sociales y conceptuales”.

Para concluir, queridos lectores, no puedo sino extenderles la invitación a que se sumerjan en el deleite que nos ofrece el trabajo de Lorena Santbrown, cuya extravagancia y al mismo tiempo sencillez, asegura una experiencia visual de alta calidad de la que, se los aseguro, no van a arrepentirse pues, a pasos de gigante, su esfuerzo y disciplina hacen que su arte hable por sí solo, urdiendo una vida a través de su obra.

EDUARDO VILLALOBOS

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Licenciado en derecho y licenciado en economía graduado con mención honorífica por la Universidad Nacional Autónoma de México; es músico egresado de la Escuela de Iniciación Artística número 1 del Instituto Nacional de Bellas Artes, y autor del poemario “Cartas a la Lluvia”. Actualmente, es maestrando en finanzas, por la Universidad del Valle de México.

Correo: mevo_vook@hotmail.com                FB: Edward Wolvesville

 

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