En la vejez, regala un libro, regala salud cerebral

Por Nora E. Rodríguez Martínez

Al llegar a la vejez, los adultos mayores enfrentan cambios físicos y cognitivos que se suman al no saber qué hacer con su tiempo libre o no encontrar actividades significativas. Es importante que contribuyamos y los animemos a realizar actividades que estimulen su actividad física y mental para que sigan siendo funcionales durante mucho más tiempo. La lectura es una excelente actividad de estimulación mental, Vidal (citado por IPSUSS, 2016), lo señala al mencionar que un lector frecuente previene el deterioro cognitivo, porque requiere el ejercicio de distintas zonas del cerebro. Las funciones mentales que se utilizan para leer requieren de las asociaciones, la comprensión de ideas y el funcionamiento de la memoria para mantener la información. Se puede pensar que gran parte de las personas llegadas a una determinada edad, optarán por pasar más tiempo frente a la televisión, hábito que genera menos actividad mental, a diferencia de la lectura, que promueve la creatividad e imaginación”.

Desafortunadamente, en México existen factores socioculturales que hacen difícil que los adultos mayores accedan a la lectura, uno de ellos es el analfabetismo. En México, el INEGI (2019), reporta que el 18.9% de los adultos mayores no sabe leer ni escribir, y aunque la mayoría sí sabe leer y escribir, su nivel de escolaridad apenas alcanza los 6 años, lo que quizás implique que sólo lograron concluir la primaria. También existen factores económicos que limitan el acceso a la lectura; el CONEVAL señala que en el 2018 el 41.1% de los adultos mayores vivían en situación de pobreza.

Los datos nos muestran una realidad difícil de cambiar porque además, no existe una solución inmediata para estos adultos mayores que viven en vulnerabilidad. Ojalá y pudiéramos trabajar en estrategias para crear programas para acercar al adulto mayor a la lectura para que logren los beneficios que ésta les aporta.

Beneficios de la lectura a cualquier edad

Retrasa y previene las enfermedades neurodegenerativas: la lectura aumenta la concentración, observación, atención, memoria, lenguaje, imaginación y creatividad disminuyendo la predisposición a padecer deterioro cognitivo y retrasando sus síntomas.

Es entretenimiento: es un remedio contra la soledad, ya que, si somos capaces de sumergirnos completamente en la historia, la lectura nos puede ayudar a no sentirnos solos.

Aumenta la empatía: la lectura aumenta nuestra comprensión sobre las situaciones que viven otras personas, nos ayuda a ponernos en su lugar y a comprenderlas mejor.

Disminuye el estrés: una historia que nos “enganche” puede ayudarnos a disminuir nuestro estrés, a cambiar la percepción de nuestras preocupaciones, a relativizar situaciones, a combatir los sentimientos de ansiedad, angustia y soledad, a alejar los pensamientos pesimistas. Todo esto nos lleva a una sensación de bienestar y a reducir el nivel de cortisol (hormona del estrés), que en altos niveles, afecta a las neuronas y a nuestro funcionamiento cognitivo.

Higiene de sueño: leer antes de dormir nos puede ayudar a tener una rutina de sueño que favorezca nuestro descanso.

Aprendizaje: a través de la lectura se pueden reafirmar vínculos y conocimiento de las personas y del mundo que nos rodea.

Socialización: la lectura nos da temas de conversación y opciones de socialización.

¿Cómo leer en la tercera edad?

Si eres o tienes un adulto mayor que es un lector novato, es recomendable empezar con un libro sencillo de un tema de interés personal o de actualidad que aporte un mensaje positivo. Es importante que no tenga muchas páginas.

Se sugiere que la letra del libro sea grande, para facilitar la lectura. Esto es más factible si se usan los libros electrónicos ya que poseen la función de aumentar el tamaño de la letra.

Las mañanas son el mejor momento para leer porque podemos usar la luz natural.

Es recomendable leer en un sitio cómodo, que permita relajarse, sin ruido ni distracciones y que permita tener el cuerpo en posición cómoda. Evitar distractores como celulares, computadoras, televisión, radio, etc. Además, es importante leer por lapsos cortos de tiempo para evitar cansancio físico y fatiga mental.

Hay que convertirlo en un hábito intentando leer unas pocas hojas diariamente.

Podemos usar la lectura para aumentar la interacción social y familiar: la lectura es un excelente medio de interacción social con la familia y los amigos, ya que nos proporciona temas de conversación e infinitas opciones de actividades conjuntas. Podemos empezar nuestros propios clubes de lectura familiar, donde por ejemplo, el adulto mayor lea cuentos a sus nietos. También podemos hacer clubes de lecturas entre amigos y poner metas de cuántos libros leer y discutir en un año.

Hacer acción social: en la medida que las condiciones físicas, mentales, sociales, económicas y ambientales lo permitan, los adultos mayores pueden seguir haciendo su aportación a la sociedad ayudando a otros adultos mayores a disfrutar de la lectura y de sus beneficios. Esto es posible asistiendo a centros de día, asilos y residencias geriátricas donde pueden compartir su pasión por la lectura, al tiempo que llevan entretenimiento y conocimiento a estas personas recluidas en estas instituciones.

¿Qué libro podemos regalar?

Existen diversas recomendaciones para los adultos mayores. No existen libros buenos ni malos, ya que seguro que existe un lector adecuado para cada libro. En lo personal, yo recomiendo Doce Cuentos Peregrinos, de Gabriel García Márquez, porque es una colección interesante de cuentos cortos de un Premio Nobel de Literatura.

Finalmente, quiero recalcar que la lectura es ideal en cualquier etapa de la vida ya que se activan numerosas áreas de nuestro cerebro al ir interpretando las palabras y frases leídas. En los adultos mayores es esencial fomentarles la lectura para ayudarlos a mantener el cerebro activo, previniendo y retrasando las enfermedades neurodegenerativas y para que mantengan sus funciones cognitivas. Al leer están protegiendo a sus neuronas del deterioro cognitivo. Así que, si ya eres un adulto mayor o convives con un adulto mayor, regálate o regala libros porque de esta manera estás obsequiando salud cerebral.


LGSS Nora E. Rodríguez Martínez

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