Si una palabra hubiera
para evocarte
fantasma huellas de espuma
de ágil vuelo ágil
y brinco paradisiaco entre cuerdas y delirios
Dilapidaría mis vísceras en siete páginas
Habría que nombrar al gato – gato –
aunque nadie sepa qué cosa es un gato:
colmillos de sílabas venéreas
rima de pupilas verticales
Si el verso devora la carne que lo consume
es verso
Si la oreja se atornilla en ciento ochenta grados
arriba hacia los lados hacia delante o hacia atrás
es verso
Si el mensaje es un asedio
es verso
Si el oído es tragaluz de moléculas dulces
entonces es verso
El guardián
recitaría líneas blancas
con su lengua espinosa y sus caricias a contrapelo
Deambularía con su cola erguida al infinito
El silencio es un maullido indivisible
cuando el ronroneo se empantana
en el interior
óbito de la precisa palabra
por catorce horas de sueño narcolepsia
con sobredosis de euforia
Pero ¿Quién no sabe que el gato es un poema?
Vanessa Carlos.
________________________________________________________________________
Poeta y médico cirujano. Maestra en filosofía e historia de las ideas. Doctorante en Artes en teorías estéticas por la Universidad de Guanajuato.