Dime, Ángel despiadado ¿has visto el reflejo de tu alma?
tus ojos muestran que ignoras la muerte que llevas dentro
y el hedor que tu pecho encierra de lo que queda de tu vida
dime, Ángel despiadado ¿Has visto el reflejo de tu alma?
Sé que en la cumbre de tu estudiada y tirana soberbia
desdeñas, sonriente, el amor de todo aquel que te rodea
mas también sé que eres una mujer que llora por estar vacía
de aquello que esperas y crees que mereces y dar no puedes.
En tu profunda soledad idolatras los cuentos y la fantasía
y te ocultas en la helada sombra de tu gran orgullo,
porque detrás de su dura máscara yacen puras tus lágrimas
Junto al recuerdo del amor que atesoras y hoy no tienes.
Dime, mujer hechicera ¿has notado que tu belleza palidece?
tu arrogancia se desvanece en tus canas y tus arrugas
la piel no es como la tinta, muere y al tiempo no trasciende
dime, mujer hechicera ¿has notado que tu belleza palidece?
En tu luciente sonrisa se anida el dolor y la amargura
en tus pupilas se advierte la verdad de la que huyes
de ti no habla la vanidad que vive oculta en tus espejos
no los miras porque revelan que la soledad es tu defecto.
Texto de Villalobos Orozco M. Eduardo. “El defecto” . Cartas a la Lluvia. Trajín Literario, 2019.