CRONICAS NO MARCIANAS EL AUTO, EL ESTUDIO Y SARA

Todo salió muy bien en la entrevista. Este tipo de entrevistas que se hacen en Radio, por internet y que abarcan varios países o, al menos, un par en conjunto como en este caso en particular al ser de México/USA; siempre es grato la comunicación para públicos con diferentes culturas. Al despedirnos nos hacen el comentario de que hay un programa con temas paranormales, justamente para músicos, y que podemos compartir ahí nuestras experiencias personales; lo cual, si bien creo que hay cosas fuera de nuestro alcance y comprensión limitada, he tenido muy pocas, o al menos eso digo yo.

Recuerdo un día en particular, teníamos ensayo a las 6 de la tarde, pero como siempre (y todos mis colegas lo pueden corroborar), soy un obsesivo de la puntualidad; entonces llegue temprano. Ensayábamos en ese entonces en un estudio de grabación en la colonia Anzures en la Ciudad de México. A las 5:20 p.m., más o menos, yo ya estaba ahí, y en lo que llegaban los demás, atendía por supuesto a mis clientes por teléfono, por mensaje y por llamadas. Como no puedo estar quieto, decidí hacer mis llamadas en la calle mientras daba la hora acordada.

La calle, como la mayoría de las calles de la ciudad, estaba en constante movimiento: gente saliendo ya de trabajar, algunos paseando a los perros, niños con uniforme escolar, personas ingresando y saliendo de sus autos o de las casas alrededor y, una calle más adelante, en la avenida principal, el trafico comenzaba a crecer y a ser mas lento conforme avanzaban los minutos.

Mientras tenía la llamada con mi clienta sobre el siguiente proyecto musical en el cual trabajaría las siguientes semanas, note que, entre todo el movimiento vespertino, había una persona arriba de un auto observándome, al principio no te di la menor importancia, pero conforme pasaban los minutos noté que su mirada era insistente e incisiva, lo que me empezó a incomodar poco a poco.

No se encontraba muy lejos, digamos que a unos 4 o 5 carros de distancia estacionados, lo que en mi caminar de un lado a otro mientras hablaba por teléfono, decidí irme acercando un poco más hacia donde estaba para ver de quien se trataba. Me ha pasado que, al no ser buen fisonomista, a veces hay personas conocidas que piensan que no los saludo por grosero, pero la realidad, es que no los reconozco en el momento y menos a la distancia. Mientras hablaba decidí acercarme un carro de distancia, ya con estos metros noté que era un hombre, quizás en sus 40s. Nada particular, una camisa clara tipo polo, facciones muy comunes y no, no lo conocía.

Terminé mi llamada y mis mensajes. No tenía ya motivo para seguir afuera, así que decidí hacer una llamada personal solo para ver si esta persona se mantenía con su misma postura. Llamé a mi amiga Sara, solo como pretexto y me quedé afuera con mi misma rutina, solo que, acercándome cada vez más. Ahora ya con 2 carros menos de distancia. Cuando me acercaba a verlo, noté que su mirada era como de enojo, molestia y, a la vez, perdida de alguna forma; y sí, me seguía incomodando que no me dejara de ver. No cruzamos miradas directamente porque como siempre ando con los lentes obscuros seguro no se daba cuenta que lo estaba viendo.

Llegado el momento tenia que colgar con Sara, ya se acercaba la hora de ensayo. Colgué el teléfono, prendí un cigarro, y volteé directo al carro, ahí seguía mirándome solamente. En ese momento decidí acercarme y saludar amablemente y de alguna forma averiguar si pasaba algo, claro, siempre prevenido de lo que pudiera haber alrededor y más por la delincuencia que podría hacerse presente.

Me fui acercando y no me quitaba la mirada de encima, y sé que esto podrá sonar inventado,  fantasioso o irracional pero un parpadeo todo cambio . . .

Al momento de ir llegando al carro de esta persona, no puedo explicar cómo paso, pero desapareció. No estaba ahí. Esto evidentemente me puso en un estado paranoide y me asomé discretamente entre las ventanas del mismo auto, buscando si estaba adentro o si había alguna puerta abierta. Incluso, se me ocurrió que estuviera agachado, pero nada, no había nadie adentro de este auto, ni señal de que hubiera habido alguien ahí.

Mi mente buscaba una explicación racional y, pensé que quizás el reflejo de los árboles o de algún elemento, podría haber creado este efecto de pareidolia en el parabrisas y me hizo ver algo que no existía, y para confirmar esta teoría que se me había ocurrido, regresé sobre mis mismos pasos, cruce la calle, busque diferentes ángulos para tratar de confirmar esta idea, pero fue imposible, nada se reflejaba y lo que, si lo hacía, no formaba ni por error algo parecido a una figura humana.

Después de varios minutos ahí, decidí meterme al ensayo y tratar de no pensar mas en el asunto. El papá de uno de mis colegas trabajaba ahí y me recibió amable como siempre. Empecé a conectar mi equipo para prepararme y esperar a los demás.

Llegada la hora y un poco más, fueron llegando el resto. Después de un rato, el asunto del auto ya estaba casi olvidado. Nos saludamos y ensayamos normalmente. Como en todo ensayo, llegó el momento (después de una hora y media quizás), de tomar un receso y disfrutar del silencio mientras dejas descansar la música un momento. Comenzamos a platicar sobre lo que acontecía a cada uno en estos días, cuando afuera de la sala de grabación donde nos encontramos se escuchó un golpe fuerte.

Nadie le tomo atención al ruido, excepto uno de mis compañeros que se levantó muy sorprendido, a lo cual, otro le pregunto con preocupación:

  • ¿Le paso algo a tu papá?

A lo que el respondió

  • Mi papá ya no está, estamos solos ya.

Todos nos quedamos atónitos ante esa respuesta, buscando una explicación lógica en silencio de lo que pudo haber sido, pero el silencio no duró mucho cuando se escuchó un ruido otra vez.

No les pregunte nunca, pero estoy seguro que todos sentimos ese frio sobrenatural recorriéndonos en ese momento. Nos preguntamos que hacer y, cabe aclarar, que no me considero una persona curiosa ni temeraria, pero, en definitiva, no quería ninguna sorpresa ni un mal momento, así que me dirigí hacia la puerta y la abrí, prendí las luces que daban a la recepción y a las escaleras que iban al segundo piso, esperaba un ruido, algo que se moviera, no sé, pero nada paso.

Los demás salieron e incluso revisamos a ver si había alguien más, pero evidentemente no había nada. Eso fue un alivio momentáneo, y ya más tranquilos si se le puede llamar así, al no encontrar nada y quedar en la incertidumbre, nos regresamos adentro de la sala de grabación y mi compañero empezó a hablar:

  • Mi papá me contó, que hace unos meses vino aquí a grabar un grupo de bailarines, o así al menos se había presentado, como bailarines de ballet folclórico, pero ya que estaban aquí aparte de sus cantos hicieron una especie de rituales. Se grabó nada más el audio de sus cantos, pero dicen (frase típica mexicana), que lo que grabaron eran unos cantos de invocación y de una especie de culto extraño.

Es en esos momentos que piensas ¿Y no se te ocurrió contarnos eso antes de venirnos a ensayar acá?

Después de tan extraña narración pensé en comentarles lo que me había pasado justo antes de entrar, pero preferí no hacerlo, aunque haya sido verdad, podría sonar al típico oportunismo del uno más, aparte de que el ambiente ya se había puesto muy tenso. Decidimos seguir ensayando, y como nota al margen, ese fue de los últimos ensayos ahí porque terminamos moviendo el lugar de ensayo que si no mal recuerdo fue a mi casa en esa época.

Al día siguiente de esos 2 incidentes, fui a trabajar como de costumbre, un día normal en lo general hasta que, en la tarde, al revisar mis redes sociales solo veo un post que me sacudió por completo

-Lamentamos informarles que el día de hoy se encontró sin vida a Sara, su familia y amigos estamos muy sorprendidos y tristes por la noticia, les iremos informando donde serán los servicios funerarios.

Sara . . .

Josh Nébula

______________________________________________

Mexicano de nacimiento, musico profesional con más de 30 años de carrera, con estudios en el INBAL, Conaculta y Fonoteca Nacional. Principalmente involucrado en el rock original con varios discos grabados, también ha hecho participaciones en música par teatro, comerciales, cortometrajes y educación musical infantil. Cuenta, además, con estudios a nivel amateur en cine, tanto particulares como en el CENART. Apasionado cinéfilo y fanático de la gastronomía

Twitter @joshnebula                                                    www.facbook.com/joshnebula

Comparte en tus redes:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *