Hace tiempo que no comparto en este espacio una entrevista con algún artista o figura relacionada, es por ello que en esta ocasión les presento la amena charla que tuve con el Doctor Arturo Texcahua, dueño y director de la editorial Trajín, a quien tuve el gusto de conocer cuando publiqué mi primer libro Cartas a la Lluvia, ya que estuvo a cargo del diseño y la impresión de los ejemplares que, deben saber, fue de excelente calidad, tanto que decidí publicar mi segunda obra bajo su sello; pero eso, como dicen, es otra historia.
Durante la conversación que tuve con él cuando cerramos el trato de la edición de mi nuevo libro, surgió la idea de esta entrevista con la intención de que nos compartiera desde su amplísima experiencia, cómo es el mundo de las editoriales independientes, los múltiples retos que enfrentan en la industria y otros aspectos que, estoy seguro, les resultarán muy interesantes.
Sin más introducción, a continuación les dejo la entrevista.
- Qué tal, Doctor, gracias por aceptar esta entrevista, nos complace mucho tenerlo en la revista 13 de Abril esta ocasión. Para comenzar, nos encantaría saber acerca de su trayectoria ¿Cómo comenzó su aventura editorial?
- Yo estudié la licenciatura en lengua y literaturas hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Di clases de literatura por algunos años, además de colaborar, incluso como responsable de la redacción, en algunas revistas. También publiqué en el periódico Unomásuno, gracias al apoyo de mi maestro, Huberto Batis, quien era subdirector de cultura en esa empresa y tenía amplia experiencia como editor de suplementos culturales. Igualmente trabajé en el área de Comunicación Social del gobierno de la ciudad. Muy joven intenté editar un directorio comercial. En los noventa laboré en la Coordinación de Difusión Cultural de la UNAM, destacando sus actividades en la revista Los universitarios, donde publicaba notas, y entrevistas, entre otros materiales, además de ayudar en la edición de los informes finales del trabajo cultural. Mi jefa era Malena Mijares, mano derecha del coordinador Gonzalo Celorio, a quien además conocía porque había sido mi maestro en la facultad. Dejé Difusión Cultural porque me ofrecieron trabajar, con una buena paga, en el servicio público, de tiempo completo, en el área administrativa. Ese periodo de unos diez años fue muy abrumador pero imprescindible para cubrir mis necesidades. Cuando al fin me liberé de él decidí volver a las actividades culturales y literarias, incluso a dar clases y escribir.
Tuve la oportunidad de ingresar a estudiar la maestría de Letras en la misma Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Me había desconectado de personas y actividades literarias, que deseaba retomar. Harto de los grandes traslados en el auto, el metro, el microbús o el tren ligero, que me habían quitado mucho tiempo de mi vida y me habían agotado, para no salir de Xochimilco decidí sumarme a las actividades literarias locales. Aunque tenía 10 años viviendo en la zona, no conocía a nadie. No identifiqué muchas actividades literarias. Observé que había gente interesada en las letras. Por ahí andaba el poeta Jaime Velasco Luján, y la profesora de secundaria, Elizabeth Llanos, que escribía poesía y teatro. Para reunir a personas que les interesaba la literatura, un día convoqué a quienes escribían a conocernos y formar algún tipo de vinculación. Así fue como nació Trajín, en una cafetería de la calle Guadalupe I. Ramírez, con un grupo de vecinos de Xochimilco que les gustaba leer, escribir o tenían la intención de hacerlo, y querían ver publicadas sus creaciones. Alguien propuso que se llamara colectivo Trajín. Así se llamó al principio. Lo de los colectivos estaba de moda. La palabra trajín tenía muchas connotaciones: acción, trabajo incansable, dinamismo, movimiento, además de cierta relación con la palabra trajinera, muy emblemática en esta zona. Entre las personas que conformamos ese grupo original sobresalimos Elizabeth Llanos y yo. Lo primero que decidimos fue hacer una revista. Esa revista salió durante unos tres años. El grupo se diluyó muy pronto, hasta que terminé haciendo solo la revista, únicamente apoyado por mi familia, pero con abundantes colaboraciones que empezaron a llegar de muchas partes de México y del extranjero. Publicamos a españoles, sudamericanos, algunos brasileños en portugués, y estadounidenses.
Hacer la revista era muy complejo y requería mucho de mi tiempo. Su edición se alternaba, entonces, con mis estudios de maestría. No obstante, disfruté hacerla, con mucha independencia, sin jefes ni horarios, solo con el compromiso de sacarla cada mes. Hicimos más de 30 números. Aprendí mucho del trabajo editorial moderno. Incluso la registré ante Indautor, pues había el proyecto de ampliar su difusión impresa, porque solamente hacíamos algunos ejemplares en papel. La revista, en realidad, fue conocida gracias a su envío, en archivo PDF, a cientos de correos electrónicos que fuimos reuniendo. Además, supongo que algunos la reenviaban. Así nos dimos a conocer. Ese fue el primer trabajo editorial de Trajín.
- ¿Qué lo inspiró a fundar una editorial independiente con mayores alcances que la revista, en un mundo donde las grandes empresas dominan el mercado?
Como dije, uno de los propósitos del nacimiento de Trajín fue publicar. La revista lo permitió al principio. Pero las tareas en las que nos involucramos y el gusto por las publicaciones nos motivaron a hacer libros. Los primeros tres fueron parte de proyectos de cultura comunitaria promovidos por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México: Amores viejos, relatos de Xochimilco; Calle por calle, historias de viajes diarios, y Crónicas de una celebración. En estas tres obras recopilamos testimonios de gente de Xochimilco; en el primero historias de amor; en el segundo experiencias de viajar en la ciudad, y el tercero crónicas de festividades. El gusto por el trabajo editorial nos empujó a la publicación de los primeros materiales: Galería de fragmentos, de Misael Rosete, y La habitante de Hortensia Carrasco. Poco después Rosete se iría a Rusia a estudiar la maestría y el doctorado sobre literatura de aquel país. Tiene dos novelas publicadas, una con nosotros. Hortensia Carrasco siguió escribiendo y hace poco consiguió un reconocimiento más por su poesía.
Es decir, la editorial no fue un proyecto muy pensado. No buscábamos ni creíamos que estuviéramos compitiendo con otras editoriales, y menos con las grandes empresas. No nos planteamos ese escenario. Nuestro único objetivo era publicar, ver nuestras obras hechas libros, materializar su edición, hacer realidad el sueño de publicar.
Los primeros libros, como dije, surgieron de recursos públicos. Después nos apoyamos en los mismos autores o hicimos pequeñas inversiones. La lógica de negocios para una editorial independiente es distinta a la de las grandes empresas que dominan el mercado. Nosotros sólo queríamos publicar, sin ningún beneficio económico.
- Retomando un poco la pregunta anterior, en un mercado en el que las grandes editoriales cuentan con recursos y redes de distribución mucho más amplias; ¿Cuáles son las estrategias que ha implementado para mantenerse vigente y competitivo?, ¿Cuál considera que es la principal ventaja que tiene una editorial independiente?
- Como dije, nosotros no buscábamos cuando nacimos ni hoy buscamos competir. Sólo queremos mantener nuestra oferta, mejorarla, enriquecerla, dotarla de más calidad, para continuar siendo una alternativa editorial. La mayoría de los autores que publicamos lo hacen por primera vez o son poco conocidos. Por tanto, la inversión utilizada en la publicación de sus libros es difícil de recuperar. Excepcionalmente se recupera lo invertido y se obtienen ganancias. Por ello solicitamos, en muchas ocasiones, el apoyo económico de nuestros autores. Las editoriales que tienen principalmente un propósito comercial eligen a un autor o una obra que les ofrezca un alto porcentaje de recuperación de su inversión y la obtención de ganancias. Para ellos la obra es un producto. Lo eligen con cuidado, planean su venta y hacen todo lo necesario para que éste les permita ganar dinero. Nosotros sólo deseamos obtener los recursos suficientes para estar en posibilidades de continuar con el proyecto que iniciamos hace 16 años.
Nosotros utilizamos estrategias parecidas a las de ellos, por supuesto, pero en una proporción menor, pues ellos tienen grandes recursos para invertir en difusión y tienen asegurados determinados canales de promoción. Cuentan con un capital simbólico, como decía el sociólogo francés Pierre Bourdieu, extraordinario: su prestigio, y el de los autores y obras que publican; que tienen premios, que son traducciones de libros muy leídos.
Hacemos presentaciones, difundimos las obras en redes sociales, buscamos entrevistas en medios audiovisuales, incluso el comentario o la reseña de los lectores especializados. Pero dar a conocer un nuevo libro en este mundo con tanta oferta cultural y editorial, requiere un gran esfuerzo, recursos económicos, campañas publicitarias robustas.
Además, aprovechamos cualquier ocasión para difundir a nuestros autores. Hemos presentado libros o leído en cafés, cantinas, galerías, cines, además de auditorios, ferias de libros y librerías. Aprovechamos invitaciones a festivales culturales, a inauguración de exposiciones y otras actividades donde podamos ofrecer los libros y darles espacio a los autores para que lean o hablen de sus obras.
Creo que la principal ventaja que tenemos las editoriales independientes es nuestro tamaño: somos pequeñas. Nuestra plantilla de colaboradores se cuenta con los dedos de la mano. Cierto que indirectamente nos apoya mucha gente: papeleras, diseñadores, gente de preprensa, impresores, encuadernadores. Cada uno de los que estamos en Trajín somos responsables de hacer varias tareas. Nos apoyamos en colaboradores freelance, como diseñadores y correctores. Quien lleva la administración igual hace la distribución o el enlace con las librerías. Las grandes empresas tienen una gran nómina, muchos gastos de operación, instalaciones enormes que requieren mantenimiento, un equipo voluminoso de recursos humanos.
Otra ventaja que tenemos las editoriales independientes es que podemos arriesgarnos por autores y obras nuevas que son muy buenas, hasta excelentes, pero que no serían aceptadas tan fácilmente por esas grandes empresas. Tristemente para nosotros, cuando esas grandes editoriales identifican que alguno de nuestros autores está vendiendo mucho inmediatamente le hacen una buena oferta para sumarlos a su catálogo. Se los llevan. Y creo que en parte esa también es nuestra función: ser un escalón para que un autor ascienda, al menos económicamente.
- ¿Cómo considera que el dominio de las grandes editoriales influye en los lectores?, ¿De qué manera resta posibilidades a un autor?
- Como señalé antes, las grandes editoriales tienen prestigio cultural, forman parte de un sistema literario que canoniza a determinadas obras y autores, y relega a otros. Las que publican traducciones aprovechan la canonización que poseen obras ya publicadas en otros idiomas y que ellos traducen al idioma del país donde se encuentran.
Por lo anterior, los lectores buscan y compran los títulos que publican esas grandes editoriales, seguros de que leerán las mejores obras de su tiempo, de su país y del mundo entero. Aunque, aclaro, esa idea no es precisamente cierta. Esa es la idea que les venden. Nosotros hemos publicado excelentes obras. Ese prejuicio hace difícil que los lectores adquieran obras de autores desconocidos. Por supuesto que los perjudica a éstos, pues al no estar en esas prestigiadas editoriales no son valorados de la misma forma que aquellos.
- ¿Cuál ha sido el mayor desafío que ha enfrentado en su trayectoria?
- El mayor desafío que he enfrentado, al frente de esta editorial independiente, y que sigo enfrentando hoy es el de sobrevivir, el de mantenernos como una alternativa editorial. Nosotros no contamos con grandes capitales, nos afecta mucho si las librerías no nos pagan. Sufrimos de inmediato cualquier contracción del mercado. Por ejemplo, la pandemia nos pegó muy fuerte. No teníamos ventas, no había ferias, las librerías cerraron, los autores no podían salir de sus casas. Tuvimos suerte de poder continuar. Como ya dije, nuestra fortaleza fue nuestro tamaño.
- ¿Cuál es el principal reto en el proceso de edición y publicación de un libro?
- Es muy compleja la edición de un libro. El mayor reto es conseguir un libro con la mejor calidad posible. El libro debe quedar muy limpio tipográfica, ortográfica y gramaticalmente. Debemos respetar el texto del autor, modificando sólo lo necesario, el error incuestionable; ajustándonos a los criterios generalmente establecidos en torno a la edición de un libro. Más allá de los problemas estructurales o de lógica que en ocasiones identificamos, está el uso de expresiones locales, como los mexicanismos y de construcciones que, aunque erróneas según las disposiciones de la RAE, son comúnmente utilizadas en el español escrito en México. Tenemos roces y debates con los autores por estos usos. Que si las tildes en los pronombres demostrativos ya no se usan, que si él solo ya no lleva tilde en ningún caso, que si es oscuro y no obscuro, que si futbol no lleva tilde e ícono sí, por mencionar algunos ejemplos.
- Y, aun con el desafío que representa la edición de un libro ¿Cuántos tiene en su record Trajín?
- A lo largo de nuestra trayectoria hemos logrado trescientas cuatro obras editadas y más de cuatrocientos autores.
- ¿Construye algún tipo de relación con los autores que decide publicar? ¿Hay algún proyecto con el que le gustaría trabajar en el futuro? Por ejemplo, una reunión anual de autores, algo por el estilo.
Desde que un autor se acerca para ver la posibilidad de publicar con nosotros establecemos una relación cordial, un tanto de solidaridad. Según lo que nos permitan los autores les hacemos comentarios sobre su obra, le sugerimos mejoras, cambios, incluso reestructuración de algunas partes o de algunos textos. Todo ello nos acerca sin duda. Al final del proceso de edición terminamos al menos como buenos camaradas, si no es que nos volvemos amigos.
Por supuesto que entre los planes que estamos considerando es organizar encuentros de poetas y narradores publicados por Trajín. Es un proyecto complejo, porque para nosotros eso implica distraer nuestro tiempo de edición en la organización de esas actividades. Ya hemos hecho alguno, pero se requieren hacer más.
- Por otra parte, enfocándonos en los aspectos circundantes ¿Cuál considera que es el impacto o cómo contribuye una editorial independiente a la diversidad de voces en la literatura?
- Por supuesto que las editoriales independientes enriquecen, de forma cuantitativa y cualitativa, la oferta editorial del país. Publican a muchos autores que no serán publicados por las famosas editoriales. Hacen un gran trabajo de difusión de autores desconocidos o que solamente publicarán una obra en su vida, pero que nosotros creemos que tienen todo el derecho de publicarla. Estas empresas editoriales que canonizan promueven la idea de que sólo lo que ellos publican vale la pena de ser publicado y, por tanto, leído. Desprecian todo lo demás. Nosotros nos encargamos de una literatura marginal -y marginal no quiere decir que sea mala- que está viva, que tiene calidad, y exige ser publicada, leída y conocida. Y nos enorgullece cumplir con la tarea de publicarla.
A pesar del desprecio, nosotros estamos aquí, publicando a muchos autores: noveles, otros poco conocidos, y también algunos muy reconocidos en el sistema literario. Escritores con propuestas que quizá no sean perfectas -como muchas-, pero que exponen su trabajo artístico, sus pensamientos, posturas, preocupaciones y experiencias, que reclaman el derecho de ser conocidas.
Creo que sostener la hegemonía de un canon por parte de estas editoriales famosas, en un mundo tan diverso, interconectado, y con tan variadas ofertas culturales y artísticas en internet, es ahora muy difícil.
- ¿Cómo ha visto cambiar el panorama de la industria, del hábito de los lectores e incluso de los precios? ¿Cómo ha sido el proceso de adaptación?
- No he tenido tiempo de hacer ese análisis. Estoy convencido de que hay mucha gente que le gusta leer. Se dice que hay pocos lectores. El indicador para decir eso es la compra de libros, pero yo estoy seguro de que mucha gente que lee libros no los compra: va a la biblioteca, los lee prestados o en versiones piratas en internet, o en compilaciones ilegales de pdf que venden en el metro. Hoy se comparten pdf de libros y hay mucha piratería. Eso, aparte de que hay libros electrónicos y audiolibros, y muchos sitios de internet donde leer libros o conseguirlos.
También debemos considerar que en nuestra época el tiempo libre de la gente está muy peleado. Hay mucha competencia en ese terreno. Hay todo un universo de actividades que podemos hacer con nuestro tiempo libre. Además de las tradicionales, como el deporte, los paseos a los parques, los museos, el cine, el teatro, los conciertos, la televisión, la radio, las actividades altruistas y religiosas, hoy tenemos las redes sociales, las plataformas de internet qué ofrecen películas, series y documentales. Éstas ocupan mucho de ese tiempo libre. Paralelamente, la revolución digital de la televisión ha incrementado enormemente la cantidad de canales. Antes había un puñado. Ahora las smart TV, como las de Samsung, LG o las que traen Roku, ofrecen decenas, tal vez hasta cientos, de posibilidades.
No obstante ello, la lectura continúa ocupando un importante sitio entre todas esas posibilidades. Y los libros complementan varias de esas actividades.
Nosotros solamente tenemos 16 años haciendo esto. Lo que hemos notado es que cada vez es más fácil que un autor publiqué su obra. Hoy simplemente con tener una computadora y el acceso a un procesador de palabras se puede preparar una publicación. Quienes lo hacen de esa manera, en la mayoría de los casos producen libros con deficiencias técnicas, y errores ortográficos y gramaticales, amén de otras fallas. Pero he visto que, a pesar de ello, algunas de estas ediciones de autor alcanzan grandes ventas.
Han surgido nuevas formas de editar libros, como Wattpad, donde los autores suben sus libros y consiguen muchos lectores y opiniones, por la interacción que este medio permite. De ahí han salido grandes éxitos de ventas. Igual en Facebook se publican fanfictions, curiosas historias de amor derivadas de otros libros o de las historias de personajes del espectáculo muy famosos. Y no podemos olvidar al fanzine, que por los medios digitales actuales, ha retomado nueva presencia.
Igual conocí la iniciativa de un amigo que creó una plataforma para que subieras tu libro gratuitamente, y los lectores lo pudieran descargar por un dólar. También hay aplicaciones en Play Store, para publicar y leer libros.
La posibilidad de comprar un libro, on demand, en Amazon también ha hecho cambiar las cosas. Algunos editores, incluso, ya sólo ofrecen sus libros en este portal de ventas. Consideran que las ventas en librerías son cosa del pasado.
Ciertamente, nosotros estamos tratando de incrementar nuestra presencia en Amazon, en las tres vertientes que ofrece esa plataforma comercial: libros electrónicos, libros impresos por nosotros, y libros impresos por pedido. También vendemos libros por Mercado Libre y en otros portales. Igual los ofrecemos en nuestras redes sociales.
El tema de los precios es relativo. Decía que ahora es más fácil hacer un libro, pero no precisamente más barato. Afortunadamente aquí en México no han subido tanto los insumos y los servicios de impresión. Eso digo yo, sin embargo, un editor amigo de Venezuela, me dice que es en México donde más caro sale imprimir un libro. Las presiones económicas están ahí. Lo ideal sería hacer libros muy baratos para que la gente pudiera comprar muchos. Los libros caros ahuyentan a los lectores. He visto ferias de remates con mesas abarrotadas de clientes que buscan comprar gruesos libros de 20 y 40 pesos, aunque no sean precisamente nuevos.
- En un mundo que se sumerge con asombrosa velocidad en lo digital y, en ocasiones, con acceso gratuito ¿Cuál es su perspectiva de cómo influye en las editoriales y en los lectores? ¿Cómo piensa que será el futuro en este aspecto?
- Estamos seguros de que el libro no desaparecerá. Independientemente de ser un instrumento educativo, y de difusión, las obras de ficción seguirán promoviendo la imaginación y produciendo una experiencia única que cuando la gente identifica, como Montag, aquel personaje de Fahrenheit 451, ya no pueden prescindir de ella.
Está creciendo la producción de audiolibros, ése es uno de escenarios futuros del libro. Las plataformas de audio, como Spotify, Deezer y Amazon Music tienen un amplio catálogo de audiolibros que son muy escuchados. Es una forma muy fácil de acceder, en distintos momentos de nuestra vida, mientras hacemos traslados en el transporte público o en nuestro propio vehículo, cuando hacemos quehaceres domésticos o cocinamos algo. Esto me recuerda que hubo una época en la que se llevaron a la radio libros clásicos.
También hay iniciativas, como Google Books, que están integrando un gran catálogo de libros a los que se puede acceder de forma gratuita o a un costo muy bajo. Esto, aparte de repositorios, de universidades y de otras iniciativas. Es decir, que en realidad se está facilitando la lectura.
- ¿Hay algún proyecto en el que esté trabajando actualmente y que deseé compartir con los lectores de la revista?
Cada uno de nuestros libros es un proyecto y afortunadamente tenemos varios en curso. Alguno especial o de una magnitud extraordinaria no lo tenemos. Los últimos tres años hemos publicado casi 2 libros al mes. Quizá el primer gran proyecto es repetir esa hazaña o incluso superarla.
Nos gustaría mucho poder participar en ferias del libro foráneas, ése podría considerarse un proyecto especial. Estar en la feria de Monterrey o en la feria de Guadalajara, acudir a muchas de las ferias que se realizan a lo largo del año en todo nuestro país. Estamos analizando cómo conseguirlo.
- ¿Qué consejo le daría a los escritores emergentes que buscan ser publicados?
- Primero, que no dejen de escribir, que se lean y dejen que otros los lean, para identificar oportunidades de mejorar su trabajo. El escritor, además de poseer, como en todas las artes, determinada dosis de talento, se hace escribiendo y corrigiendo lo que escribe, aprendiendo a identificar sus errores y enmendándolos, en la obra que está escribiendo o en la siguiente obra. El oficio es cosa de experiencia.
- Segundo, que publiquen, que aprovechen alguna de las muchas posibilidades actuales a su disposición, incluso que se autopubliquen, porque de esa manera encontrarán lectores, recibirán críticas y aplausos. Las críticas les ayudarán a mejorar y los aplausos les dirán que van por buen camino. Nosotros podemos ayudarles a publicar sus obras.
- Muchas gracias por su tiempo y disposición para compartirnos su experiencia en el mundo editorial, Doctor, no tengo duda de que a muchos les parecerá no solo interesante, sino de gran utilidad. Le deseo mucho éxito y muchos libros. Hasta pronto.
“La imprenta es un ejército de veintiséis soldados de plomo con el que se puede conquistar el mundo”.
-Johannes Gutemberg
Mario Eduardo Villalobos Orozco
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Doctorante en Finanzas por el CESCIJUC, Maestro en Finanzas por la Universidad del Valle de México; es Licenciado en Derecho y Licenciado en Economía, graduado con mención honorífica, por la Universidad Nacional Autónoma de México; además es músico egresado de la Escuela de Iniciación Artística de número 1 del Instituto Nacional de Bellas artes, autor del poemario Cartas a la Lluvia, y colaborador de la revista 13 de abril, desde abril de 2021.
Correo: mevo_vook@hotmail.com FB: Edward Wolvesville